10.12.10

Look in my eyes, and tell me you don´t want to runaway

Hoy siento un año más sobre mis huesos,
Y hay arrugas que lucen ofensivas
Adornando los bordes de mis ojos.
Mi cuerpo ante el espejo ahora es otro
Pero aun salva ciertas apariencias,
Incluso con sus bordes desbordantes.

Y resulta que aun te sigo viendo,
Promedio de dos veces por semana,
Cuando cruzas con el mío tu camino,
Y solo te saludo y te sonrío.

Ya deje atrás los años arrojados,
Ya no corro a los brazos de cualquiera,
Ni amanezco en habitación ajena,
Ni asecho en actitud aventurera.

Tal vez por eso es que ahora que apareces,
Prefiero no tomar la iniciativa,
Pero abres esos ojos a los míos
Mientras por un instante nos cruzamos,
Y el vértigo en mi estomago regresa.

No quiero más apresurar mis pasos,
Ni permitirme falsa expectativa.
Solo eres un extraño que saluda
Extendiendo esa esplendida sonrisa.

Pero hay días más difíciles, y pienso;
Como que cada día se lleva el tiempo,
Si alguna vez cruzarás la barrera,
Si alguna vez te lanzarás al ruedo.

Y un día sin previo aviso me sorprendo,
Ensoñando que das un primer paso,
Que tus ojos se quedan más abiertos,
Cuando el impresionarte voy pidiendo.

Pero pasan semanas y no noto
Ninguna diferencia en la costumbre.
Más no por eso dejo de volarme,
Y sentir que mis pies no tocan piso
Cada vez que me cruzas al camino.

Y es que al ir a dormir y hacer balance,
De lo que de dar gracias necesito,
Aunque agradezca tantas otras cosas,
Tus ojos de mi mente ya no quito.
Y casi una nostalgia se apodera
Del corazón que en vuelco me protesta.
Deseo de conocer tu voz al menos.
Deseo de dar al sueño rienda suelta.

De sentir esa barba descuidada,
Raspando suavemente mis mejillas
Mientras yo astutamente haré lo mío
Deslizando mi boca hasta tus labios.

Porque pasan los días y las semanas,
Y cada vez tengo un temor oscuro,
Y no quisiera que se acabe el mundo
Sin haber paladeado un beso tuyo.




26.11.10

The dream that tastes and sparkles like wine

Si es que súbitamente en tus ojos
Aparece una sombra borrosa,
Podría seguir pensando, y es probable,
Que soñemos los dos la misma cosa.

Si cuando cierras tus ojos solo miras
Mi imagen reflejada en tus pupilas,
Y desde dentro vez como aproximas
La humedad de tus labios a mi boca.
Te digo que es verdad, que no alucinas;
Lo que vemos los dos es lo que pasa.
No es un sueño común que compartimos,
Ni es más una quimera imaginada.

Esta vez somos tú y yo por fin unidos,
Abrazando nuestras mutuas existencias,
Dejando de oponer más resistencia
Al rudo vendaval que nos arrastra.

No cerremos nuestros ojos nuevamente,
Que esta sombra no genere miedo.
Es rubor que aparece incandescente,
Preludiando la llegada del deseo.



8.11.10

I’m crazy for feeling so blue.

Hace unos días soñé que Lolita Cortés entrevistaba a Xavier Velasco. La señora con cuerpo de niña no pudo desaprovechar la ocasión para tirarle la onda descaradamente al escritor. Recuerdo que en mi sueño mientras veía a Lola coquetearle a Velasco, me hervía la sangre y pensaba en lo zorra que ésta era por usar su posición de entrevistadora para flirtear tan abierta, y, ¿por qué no decirlo? sabrosamente con su entrevistado.

Hace también algunos días, antes por supuesto, del sueño de Velasco y Cortés, me toco ver por TV la presentación de un nuevo programa en el canal 28, no tengo idea exacta de que será el programa, solo que las conductoras serán Annel (la ex de José José), Adriana Fonseca, Mimi (la ex Flans) y otra chica que no conozco y por ello no menciono. Esto lo menciono, porque precisamente en esta entrevista con las conductoras en el noticiero de Pedro Ferriz, me toco ver como el conductor galanteaba de modo bastante obvio a una de las conductoras del citado programa (menos mal que fue a Annel).

Unos instantes después del sueño de Lola y Velasco, reflexionaba que de haber estado en el sitio de Lola, lo más probable es que yo hubiese hecho lo mismo, solo que como no había sido así, optaba por la rabia de ver que había alguien que si podía hacerlo y por supuesto, no era yo. Entonces me pregunte si en la vida real esto podía pasar. Y por supuesto, recordé a Pedro Ferriz y el comentario sarnoso de Mimi, quien ya de plano les dijo, que si querían los dejaban solos.

Por un instante me sentí la Mimi de Lola Cortés, pero, más risa me da ahora que escribiendo esto me acuerdo que en el programa chafa de la academia Lola y Mimi eran la jueza mala y la buena, respectivamente. Coincidencias, casualidades, yo que sé.

Dicen que durante el tiempo en que dormimos nuestra mente se ocupa de ordenar nuestros asuntos, y que a veces ese importante papel que juegan los sueños, es el de darnos mensajes subliminales para poder acomodar las piezas de nuestro propio rompecabezas. Yo no sé de qué va todo esto exactamente, pero, como acá la constante es Xavier Velasco y mi rabia, por lo menos el viernes pasado, pude resarcir un poco de esa envidia que me había dado Lolita Cortés en el sueño. Xavier Velasco apareció en un programa en Foro TV, en el que, además de disfrutar de la presencia del escritor, me sentí gratamente sorprendida de mis afinidades con él. En el programa se mencionaron tres de sus películas favoritas, las cuales actuaron como motor de la dinámica del programa. Me sorprendí de saber que Velasco eligió de las tres, dos de mis propias películas favoritas, Naranja mecánica y El Inquilino. Cuando escuche a Xavier Velasco usar las mismas palabras que yo suelo usar para expresar mi pavor a perder la cordura, me sentí, si es que eso fuera posible, aun más identificada con él. Y es que el inquilino de verdad es una película con la cual no dormí la primera vez que la vi. No he visto nunca mejor plasmados que en esta película de Polanski, el pavor, y lo espeluznante del proceso de que se te vayan las cabras al monte. Y como bien lo apuntó Velasco, los vecinos eran personas de dudoso proceder. El sospechosismo implícito en la típica idea “me quieren volver loco” es el artífice que mueve los hilos de este hilarante drama, que es eso, porque a pesar de no ser una película de terror, uno se da cuenta del profundo eco que dejo en nuestra mente cuando ciertas apatías como ver una muela fuera de su sitio, o unos jeroglíficos egipcios donde la lógica no indica que deben estar, o el simple hecho de no querer asomarte a la ventana del vecino por temor a verte a ti mismo vigilándote desde el otro lado de la acera y qué decir del pavor a pernoctar en un lugar en donde es necesario salir de la habitación donde duermes para hacer una de esas visitas nocturnas al baño.

Si no han visto El Inquilino, ¿Qué están esperando? Olviden mis sueños con Xavier Velasco (que además, ni me gusta, pero, me parece un tipo de lo más imperdible) y Lolita Cortés, porque además, casualmente tanto mis sueños, como mis últimas visitas a YouTube, por fin se encontraron ahí en ese programa de televisión donde la conexión que hacía falta para dejar atrás ese sueño por fin estuvo ante mis ojos. Y nunca fue los flirteos entre entrevistador y entrevistado, ni la rabia que produce la envidia. El tema es que hace días busco como apuntalar ésta recomendación de “El inquilino”, y ya no estoy buscando más. Espero que esto que están leyendo los haga correr a buscar una película que de verdad vale la pena ver, y donde además el propio Polanski es el protagonista.


14.10.10

Se hace camino al andar.

Eres ese oscuro laberinto en que gravito,
Al amparo tan solo de mis manos y oídos,
Pues cerrados los ojos cautamente mantengo
Y me muevo tanteando con partes de mi cuerpo.

Y no avanzo un milímetro sin pasar mis penurias,
Y no abrazo una penuria sin su goce consecuente.
Y es que tanta oscuridad me oculta ya varios enigmas.

Y no descifro un enigma, sin que me tiemblen las manos,
Al tocar la rispidez de tus muros, tus costados.
Y no acaricio tus muros, sin abrazarme a tu esencia,
Porque todas las paredes de este oscuro laberinto,
Son pedazos de tu cuerpo que recorro con mi lengua.
Y al contacto de mis besos siento arder tu superficie.
Y literalmente ataco cada borde y cada vuelta.

Y en tus calles empedradas tropezando,
Cuesta abajo ya mi rumbo estoy tomando.
Sin abrir aún los ojos me deleito serpenteando
A la vera de senderos más silvestres y enramados.
En la pradera de ensueño debajo de aquel arbusto
Se me acaba la paciencia, ya no aguanto más de gusto.
Abro mis ojos heridos por la luz de que disfruto,
Y a plenitud me deleito con el árbol y sus frutos.

Y esa suave anatomía que descansa entre mis manos
Se expande hasta abrirse paso por una nueva vereda.
Se remueve entre una selva que lo espera palpitante
Y en lo profundo lo aguarda detrás de húmeda estela
Un abismo tambaleante recibiendo la intrusión.

Tu mirada me atraviesa tanto como lo demás.
Traspasando lo imposible, mis ojos se abren aun más.
Y en la fuerza de tu abrazo prisionera quedará
Bajo está lluvia conjunta mi rendida voluntad.