27.6.08

"Que Dios nos salve"

Que la titular de la Secretaría de educación, Cultura y Deporte de Matamoros (SECUDE) haya cedido a presiones de grupos católicos y conservadores referente al concierto que dará Molotov el 4 de Julio en esta ciudad, haciendo el ridículo al llamar a los menores a no escuchar “esa música de locos”, y exhortando a los mayores a no pagar por “oír mentadas de madre”, no me sorprende, tampoco que los haya mandado a disfrutar en familia del concierto de La Rondalla del Colegio San Juan Siglo XXI.

Los Molotov no son de hecho los músicos más virtuosos de México, pero es un espectáculo equiparable al de la lucha libre, los asistentes saben que habrá mentadas de madre, por eso van, es su manera de sacar toda la presión de no poder decirle en su cara al jefe lo que piensan de cómo los esta negreando, de hecho me consta que una buena sesión de mentadas de madre, relaja más que un masaje, un baño sauna, o una hora en un jacuzzi. Uno no va a que le mienten a su jefecita, si no todo lo contrario, va porque sabe que puede liberar muchas energías, y salir como nuevo después del griterío, cosa que pasa en cualquier concierto que se precie de serlo.

Si, ya se que los que vayan al concierto de la Rondalla del Colegio San Juan Siglo XXI no van a salir en las mismas condiciones, pero, imaginemos por un momento que te veas obligado a asistir a ver a La Rondalla (porque esas cosas pasan, a veces en la escuela te dan puntos extra en ciertas materias, si compras el boleto y demuestras tu asistencia a dichos recitales, o peor aun te bajan puntos si no asistes), ¿cuantas veces vas a mentarle la madre mentalmente a los maestros, al director, y la propia Rondalla?, y siendo un espectáculo musical olvidarte de echarte un sueño que compense tu presencia en el recinto, especialmente si, como es un espectáculo que se “disfruta en familia”, tienes a un lado a tu sacrosanta propinándote un pellizco cada vez que bostezas. Cuanta represión, ¿no?

¿Y la libertad de expresión? ¿Daña más un concierto de mentadas directas, o uno en el Castillo de Chapultepec al que solo pueden entrar los más adinerados del país, a los cuales ni siquiera les gusta Elthon John, pero no pueden dejar de presumir que ahí estuvieron? ¿Por qué carajos tiene una titular de lo que sea el derecho de decirme lo que puedo o no ver? ¿También es opcional leer las noticias de decomisos en Tamaulipas, porque la señora podría argumentar, que en lugar de leer noticias de esta índole, podemos leer algo más constructivo o incluso nos recomendara leer solamente noticias que podamos compartir en familia? ¿En serio piensan que el degenere se va a detener prohibiendo cosas? ¿De verdad se la cree cuando imagina un mundo más sano con gente responsable y capaz de cambiar al mundo porque en lugar de oír rechiflas se deleito en su juventud con la Rondalla del Colegio San Juan Siglo XXI?

Aclaro que nada tengo en contra de la susodicha Rondalla, ni de la gente que disfruta ese tipo de conciertos. Mi punto es que, si hay derecho a ver a RBD, a Madonna, a los Temerarios, al Reencuentro, a U2, o a la Rondalla del Colegio San Juan Siglo XXI, ¿porqué no lo hay a ver a Molotov? Cada quién paga por ver lo que le gusta, y es su problema si es un grupo fresa, grupero, dark, progresivo, ñoño, o lo que sea. Finalmente esto es un negocio, de eso vive mucha gente, no solo los músicos. Con esos criterios nada sorprendería que luego quieran cerrar todos los hoteles de paso, porque esa tampoco es una diversión que se pueda disfrutar en familia. Señores, todos cogemos, todos tenemos preferencias musicales diversas, y todos tenemos derecho a gastar nuestro dinero en lo que mejor nos parezca. Al final todos ganamos, nos ofrecen un servicio, pagamos por ello, satisfacemos nuestros deseos y se generan utilidades, negocio redondo. De cualquier modo, sus quejas solo han servido para dar promoción al concierto de Molotov, y eso ya deberían saberlo.
Y para todos aquellos que dicen que las letras de molotov las escribiría cualquier niño de primaria, pues ahí les dejo esto, para que lo corrijan sus chamacos menores de 12 años.

19.6.08

Y ahora me arrepiento.

Algo que a todos nos tiene que pasar alguna vez, es quedarnos como imbeciles dejando pasar una oportunidad de oro con alguien con quién además teníamos hartas ganas de que algo pasara.
Típico que por miedo a que todo salga del nabo, nos quedamos con las ganas, aunque sea clarísimo que la otra persona anda volando igual de bajo que nosotros.
Cuando volteamos a ver que dejamos ir la única oportunidad, porque después de que esto pasa, las cosas se enfrían (es una ley de Murphy) y no hay retorno, ya ni llorar es bueno.
Pero, sé de una todavía más dolorosa situación. Esa en la que finalmente, después de meses de andarse haciendo pendejos, por fin los dos consiguen un encuentro de bocas, manos, piernas, caderas, ugh!, y un profundísimo etcétera. Y al final, se despiden con cara de zombies y el corazón a todo volumen, pero ya desde ese momento con la certeza de que fue por única ocasión.
No sé porque demonios, pero, así es, no llamamos, a pesar de estar muriéndonos de ganas, pero eso sí, estamos más al pendiente del teléfono que si nos fueran a llamar par decirnos que ganamos la lotería, los pronósticos deportivos o el melate. Una espera absurda ya que sabemos muy bien que tampoco la otra persona va a llamarnos, y en caso de que lo haga nos pondremos en la posición de: “Si el no habla del asunto, yo ni lo menciono”. Total que ninguno de los dos dice lo que quiere decir y al final todo acaba en un desgaste emocional más fuerte que si no hubiera llamado. ¿Porqué demonios pasan estas cosas? Tengo diversas teorías para aclarar esta duda, las cuales enumero a continuación:

1 Cobardía: No nos creemos lo suficientemente a la altura de la otra persona, y pensamos que aun si nos diera una oportunidad, no tardaríamos en echarlo a perder, así que preferimos evitarnos la molestia.

2 Seguridad emocional: Sabemos perfectamente que jamás antes alguien nos había hecho sentir lo que esta persona, entendemos que será un constante desajuste de tripas el tratar de tener algo serio con el(ella), y no nos cabe la menor duda de ello, si tomamos en cuenta la falta de apetito que tan solo haber tomado esta decisión nos produce.

3 Me quedo con lo seguro: Por más que en el fondo de nuestro ser nos queda clarísimo que este wey o vieja es el amor de nuestra vida, apelamos a la fidelidad que debemos a nuestra actual pareja, a pesar de lo gris que la(o) vemos a partir de lo ocurrido con el o la susodicha (como si nos fuera a costar mucho trabajo volver a ponerle el cuerno con cualquier otro(a) que se nos atraviese luego).

4 Solo estaba jugando: Pensamos que podrán hacernos pedazos si hablamos de algo serio, pues podría suceder que la otra persona solamente nos haya tomado por algo casual, nos veríamos muy mal forzando la situación por algo que al otro no le interesa ni tan siquiera volver a mencionar. Y el miedo al rechazo, si que esta cabrón.

5 No quiero perder su amistad: Este caso en particular solo aplica a aquellas personas que de verdad se han enamorado de sus verdaderos amigos, y saben que podrían perder más de lo que ganan si la relación se va al caño.

Estos son en mi experiencia los motivos por los cuales uno es lo suficientemente bruto como para dejar ir a alguien que significaba demasiado para nosotros. De cualquier manera, no es reconfortante conocer los motivos, más bien, nos deja aun mas claro lo pendejos que fuimos por no darnos la oportunidad, por no luchar, por bajar los brazos resignados. Y aunque al final queramos confortarnos pensando que pues a ultimas eso ya paso, cada ves que escuchemos esa canción que nos hace recordarlo(a) volverá la miseria de saber que pudo haber sido de otro modo, si tan solo no lo hubiéramos pensado tanto. Y ahí estamos otra vez lamentándonos de nuestra falta de coraje, sabiendo que estábamos a una llamada de tenerlo todo, a un “¿Porqué no lo intentamos?” de obtener un ansiado “si”. Pero eso, fue hace mucho, muco tiempo.

12.6.08

Influencia.




No dormir, deambular, no pensar más que en todo lo que sientes cada vez que le miras.
Caer bajo su influjo.
Dejarte ir, confiar, presentir solamente la caída, y aun así, ansiarla.

Resbalar vertiginosamente por las paredes del deseo ajeno. Convocar su presencia con el solo pensamiento. Sentir su dominio, desvanecer dudas con pura esperanza, querer creer, creerle.

Moverte sin saber, por inercia, o mejor, por acato, dejarle tomar el mando, ya no saber. Actuar sin estar. Moverte bajo su influencia. La resistencia, es solo una vaga insinuación, que no tomaras en cuenta, un ruido lejano en la conciencia, apenas audible.

Estás perdido, lo sabes, y la verdad es que ni siquiera te importa demasiado. Te resignas a correr con la suerte que te espera, a dejarlo al azar, a las cuerdas que te mueven, ¿Al destino?


11.6.08

Música de fondo para tarde nublada.

El clima nublado, el dolor de cabeza, los escalofríos y la sensación de andar entre nubes que anuncian una gripe sin precedentes, no hacen más que producirme lapsos insólitos de nostalgia por lo que fue y por lo que no fue.
Me hacen volver a momentos insuperables de mi vida. Las tardes lluviosas, siempre te remiten a otras tardes lluviosas de gloriosos encuentros. Un aroma que se graba en la memoria para siempre. El olvido no es definitivo, bajo ciertas circunstancias. Sabes que ya no amas a quién fue, pero sabes que jamás dejaras de amar lo que fue. Deseas estar otra vez ahí, haciendo el amor a escondidas como todo buen adolescente, y besar esos labios que fueron los primeros, pero que no serían los últimos de ninguna manera. Sabes que nunca habrá tanto morbo como entonces que recién lo descubres, y que los vértigos atestados a tu estomago cada vez que te tocan ya no serán los de antaño jamás. Y te presientes sensual bajo una piel tan caliente como la tuya. Besas como nunca vas a volver a hacerlo, con la noción de que son los besos más dulces, te prendes fuego pensando en como prenderle fuego al contrario. El frió esta afuera, y nada más. Tú, solo sabes de llamas, de espasmos, de urgencia por no tener puestos más que los calcetines.
Es tu iniciación, afuera alguien celebra jubiloso un gol, adentro, adentro ardes, te disuelves, te ausentas de la vida y sus juegos de pelota. Tu juego de pelotas es más intenso, y los goles se anotan de un solo lado de la pizarra.