25.8.21

Secreto Epistolar IV

 

Suave nostalgia por ti se fue forjando,

Me abrigo en ella para resistir el desolado invierno.

Sin tu abrazo, sin los besos, ni tus manos.

Sin mis manos hurgando en las grietas de tus jeans gastados.

Sin esos besos de carmín embarrado en nuestros labios.

Sin los viajes cortos en tu compañía.

Sin tus risas. Sin tus chistes malos.

Sin el brillo perverso en tu mirada.

Sin la búsqueda del gozo en nuestro encuentro.

 

La distancia entre nosotros dos no se mide en metros,

Cuadras, pasos o kilómetros;

Se mide en suspiros, desvelos y añoranza.

En melancolía e incertidumbre.

Y en verdad que eso queda tan lejos…

 

Dejaré que drene la dulzura que hoy sólo hiere.

Abrir la herida y que el veneno salga sólo.

De mis manos nacen las más dulces palabras.

Aunque no vuelvas, las galaxias infinitas tras mis retinas,

Tendrán grabada esa explosión de súper nova que era mirarte.

Tu luz sigue brillando muy incandescente dentro de mi corazón.

Como entonces, como ahora, como siempre.

 


 

21.7.21

Secreto Epistolar III

Sé que alguna vez en otro tiempo, espero no en un sueño, tú y yo tendremos mucho que decirnos sin hablarnos. Con los ojos cerrados, reconociendo lo esencial de nuestros componentes. Atraídos por el magnetismo de los lazos que nos unen infinitos. Porque fuimos lo mismo alguna vez y nos reconocemos en cualquier nueva forma de vida. 


 

2.6.21

Secreto Epistolar II

Hay pájaros revoloteando en mi pecho.

Rasgando la finura del aire en mis pulmones.

Injertándole un cáncer de dulces melodías a esta respiración. 

Se roban el aliento de lo besos que te doy. 

Y en alados latidos, me bombean al corazón, 

Torrentes que suspiran de líquida pasión.

12.4.21

Secreto Epistolar I

En tus ojos vacíos de mí, sentirás la tristeza que no vas a poder contarle a nadie. Yo en cambio hablare de la forma en que tu presencia lleno mi espíritu de húmedos destellos efervescentes.

2.7.16

Mis labios sólo existen si te nombran.




Ya me puse a pensar si acaso podré olvidarte.
Reincidir y darme cuenta, que ya no puedo tocarte,
es una estocada en la mitad de aquella imagen
de nosotros gastándonos la lengua y las miradas.

No quiero que vuelvas, quiero evitarte,
dejar alguna vez de necesitarte.

No tengo aliento para seguir sintiendo esto,
No quiero más cerrar los ojos y añorarte.

Pero me siento aquí a escribirte cosas
que jamás voy a contarte,
a divagar con la dulzura que dejaste,
a solazarme en las caricias que aun rebotan
en mis sienes, en mi pecho y en mi boca.

Te vuelvo a ver y me amarro el alma,
te saludo y el dolor es mustia alegría,
es rugido refrenado de mi extraña,
Es contradicción despiadada.

¿Tus días cómo serán sin verme?
¿Tendrán tus labios aun gusto a mis labios?
Putas preguntas que me dejan seca.
Con el dolor revuelto entre mis brazos.

Brazos vacíos de tus abrazos.
Labios secos sin los besos de tus labios.

No vuelvo a preguntarme si podré olvidarte,
porque ahora te recuerdo más que antes.