Suave nostalgia por ti se fue forjando,
Me abrigo en ella para resistir el desolado invierno.
Sin tu abrazo, sin los besos, ni tus manos.
Sin mis manos hurgando en las grietas de tus jeans gastados.
Sin esos besos de carmín embarrado en nuestros labios.
Sin los viajes cortos en tu compañía.
Sin tus risas. Sin tus chistes malos.
Sin el brillo perverso en tu mirada.
Sin la búsqueda del gozo en nuestro encuentro.
La distancia entre nosotros dos no se mide en metros,
Cuadras, pasos o kilómetros;
Se mide en suspiros, desvelos y añoranza.
En melancolía e incertidumbre.
Y en verdad que eso queda tan lejos…
Dejaré que drene la dulzura que hoy sólo hiere.
Abrir la herida y que el veneno salga sólo.
De mis manos nacen las más dulces palabras.
Aunque no vuelvas, las galaxias infinitas tras mis retinas,
Tendrán grabada esa explosión de súper nova que era mirarte.
Tu luz sigue brillando muy incandescente dentro de mi corazón.
Como entonces, como ahora, como siempre.
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