Luego, he de comprender lo que te importo.
Nada en mi pasado es turbio, sabes todo.
Tú abriste mi pecho y mi corazón saltaba.
Te deje contemplar mi zonas más extrañas,
Mi lado oscuro, mi antesala del infierno.
Y no hubo indicios en ti de espanto alguno.
Yo te abrí mis alas en su más amplio espectro,
Para dejarte tocar lo que llevo por dentro
Y me equivoque, y no sé hasta dónde llegue esto.
Pero nadie más que yo es capaz de actuar de mala fe,
O por lo menos piensas eso tú al respecto.
Y en ese mood se mueve ahora todo esto.
Pero, me dejas y no escuchas razones,
Al menos no las mías, por supuesto
Y ya estoy harta de buscar lo que no puedo.
Porque no soy un ángel que habla lindo.
Yo soy siempre quien soy, y no te miento
Y si es con mis acciones que te ofendo
Vete, que yo de nada me arrepiento.