Buscas con las manos alrededor tuyo,
Porque la luz justo ahora está ausente,
Porque aun así, presientes algo cerca.
Insinuándose ya, el cuerpo del delito.
Pero mi cuerpo yace tumescente
Por la ausencia del tacto de tus manos.
Y te otorgo en el silencio mi permiso
De encenderme con tu fuego incandescente.
Porque mi metal a tu calor se altera,
Porque tú derrites todas mis barreras
Despertando a la persona egoísta que soy.
Y porque a tu lado, yo, el mortal más ruin,
A mis peores pecados rienda suelta doy.
Porque tú eres un todo, buena y mala;
Sin pedir equilibrios y sin extremismos.
Porque siempre me dejas avanzar más lejos,
Porque aun no me limitas ni detienes.
Y ahora mismo acostumbrando tu mirada
A la oscuridad que reina en este cuarto,
Tú sigues hurgando en esta sabana fría.
Pero a pocos milímetros te estoy esperando,
Con la superficie entera de mi cuerpo
Erizada a la espera del delirio de tu tacto.
2 comentarios:
El «como» ensucia la metáfora, dicen, porque la transforma en una anodina comparación.
y sin embargo... yo lo afirmo
a pesar de todo
por encima de todo
...
me acordé de Joaquin mi Sabina
porque...¿?
como siempre un placer leerla ...y que rola vaya rola
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