4.9.08

Del amor y la estupidez en 10 sencillas rolas.

Parte II

“Después de amarnos, nos odiamos”

Nos vamos juntos. Otra vez vuelvo a la prepa, otra vez con él ochentakilero panzón de mis desvelos, envueltos ambos en una historia de amor y odio interminable (esta palabra significa que a ninguno de los dos le importa detenerlo, no que no acabara jamás, ¿de acuerdo?). La pasión hizo lo suyo para iniciar el ir y venir de esta relación tan loca y absurda. Las poses que se suelen manejar en la etapa adolescente, época en la cual uno se interesa más que nunca en hacer imagen pública (como si fueras a volver a ver por lo menos a la mitad de los compañeros de aquel tiempo) echaron abajo durante mucho tiempo la posibilidad de ser sinceros y reconocer que nos estábamos clavando en serio. La verdad es que la historia termina como siempre el más duro de pelar cae al fin postrado ante el aferrado; pero, si lo sabre yo, un aferrado de corazón solo se interesa en la persona que le da sentido a su actitud de reto (ya saben, esa de:”yo veo como le hago, pero éste cae, porque cae”) en cuanto logran el objetivo desaparece la razón de la obsesión, y entonces deja un corazón roto, el primero de la lista.

“Pon carita de pena, que ya sabes que haré todo lo que tu quieras”

Rojitas las orejas. Alguien con quien besas, acaricias, lames, chupas y nalgueas como nunca lo habías hecho, y no porque no sepas hacerlo, sino porque hasta que te lo topas no sabías que alguien podía inspirarte tus mayores esfuerzos en las artes sexuales. Harás lo que sea por esa persona, es lo que algunos suelen llamar estar enculado, no hay lugar donde desees estar más, que en cualquiera donde puedas manosearlo a gusto, besarlo en lugares de su cuerpo que el jamás podrá ver, a menos, claro, que sea contorsionista. Cuando estas cosas pasan, a uno se le olvida, pierde toda noción de lo que la palabra decencia significa, el tiempo a su lado es oro y poco será el esfuerzo que se deba hacer con tal de tener sexo con él, donde sea, y he dicho “donde sea”.

“Y todo pudo haber sido perfecto, nuestro amor pudo ser eterno”

Hoy aquí mañana vete. No hay nada más estupido, a veces, que decirle a alguien una innecesaria verdad. Para terminar una relación lo único que hace falta es decir hasta aquí, no es necesario regodearte en el dolor ajeno diciendo que los últimos días has estado viendo a otras personas y que no sabes lo que realmente sientes, pero que si realmente sintieras algo, no habrías salido con otras. Y encima querer dejar abierta una puerta, por si lo demás no sale bien, ya me parece el colmo del cinismo. ¡Lo que hay que aguantar!

“Me enterraste con tus uñas, en la tierra inferior”

Energía. Cuando alguien vence tu voluntad, te dejas ir, y no ves consecuencias, te asomas solo ocasionalmente a ver los estragos que el nuevo capitán de abordo va ocasionándole a tus naves. Ya no puedes caer más bajo, ya no hay a donde huir, ya no hay energía para buscar salidas, estas en el hoyo y persistes en cavar más hondo. En algún momento tu orgullo se impone, talvez el rencor, el deseo de decirle a alguien ¿Te acuerdas todo lo que me hiciste?, pues me viene guango. Y aquí estoy, me escape, ya no seré tuya nunca más.

“Que me sigo mordiendo noche y día las uñas del rencor”

Todavía una canción de amor. Hay alguien allá afuera, lejos de mis dominios, alguien que estuvo, esa persona que siempre esta, la que va y viene, la que llega y es siempre recibida, la que se va y deja cada vez la certeza de su vuelta. A esa persona que no le digo nunca nada, a la que beso sin esperanzas a futuro, la que un día por su gusto se fue y me dejo por otra, pero vuelve con el tiempo y no me deja del todo, esa a la que aun no se a ciencia cierta lo que me inspira, pero no es para nada indiferencia, seguramente por eso es que le seguiré debiendo una canción de amor, aunque siga mordiéndome noche y día las uñas del rencor, porque cuando pudo hacerlo, no me eligió a mi.

Podría seguir contando acerca de lo mal que me ha ido en el amor, pero, este post ya estuvo demasiado largo y la verdad, también hubo momentos que ameritaron aguantar todas esas cosas que ahora se supone no volveré a hacer por nadie más (casi me lo creo), y ya habrá otra ocasión para hablar de los momentos memorables.

4 comentarios:

Yair dijo...

Sin comentarios

Beto dijo...

esas rolillas kiddo, esas rolillas,

Blue dijo...

Alaska es y será una diva. Recuerdo un amigo me decía que era 'obligación' tener una par de flacas de reemplazo por si la 'firme' terminaba con uno."Tienes que estar preparado para cuando se termine una relación"
Siempre me decía eso. Hay veces en que creo siempre tuvo razón.

Badass Nacho dijo...

El yair sigue dolido jeje. No pss hay que hacer el club de los corazones rotos.

Y bueno, yo también he tenido momentos memorales por los cuales aguantar toda la mierda que arrastra el amor, pero hay veces que te preguntas hasta que punto debes aguantar.