2.7.16

Mis labios sólo existen si te nombran.




Ya me puse a pensar si acaso podré olvidarte.
Reincidir y darme cuenta, que ya no puedo tocarte,
es una estocada en la mitad de aquella imagen
de nosotros gastándonos la lengua y las miradas.

No quiero que vuelvas, quiero evitarte,
dejar alguna vez de necesitarte.

No tengo aliento para seguir sintiendo esto,
No quiero más cerrar los ojos y añorarte.

Pero me siento aquí a escribirte cosas
que jamás voy a contarte,
a divagar con la dulzura que dejaste,
a solazarme en las caricias que aun rebotan
en mis sienes, en mi pecho y en mi boca.

Te vuelvo a ver y me amarro el alma,
te saludo y el dolor es mustia alegría,
es rugido refrenado de mi extraña,
Es contradicción despiadada.

¿Tus días cómo serán sin verme?
¿Tendrán tus labios aun gusto a mis labios?
Putas preguntas que me dejan seca.
Con el dolor revuelto entre mis brazos.

Brazos vacíos de tus abrazos.
Labios secos sin los besos de tus labios.

No vuelvo a preguntarme si podré olvidarte,
porque ahora te recuerdo más que antes.




16.11.15

Sin salida.


Insane.

Se supone que fabrico cada noche
Un método nuevo de auto sanación.
Incluyo en éste el desalojo de algún sueño
Que haga referencia reconocible a mi obsesión. 

Me levanto y enciendo el fuego que apagaste,
Pensando a propósito en la persona equivocada.
Convoco a un número inusual de conjunciones
Y las exhorto a desaparecer del mapa:
No obstante, pero, aunque y sin embargo. 

En el mapa de mis conjuros más efectivos
Me deshago de aquellos que implican amarrarse,
Y le expongo a ese músculo quejoso y empecinado
Razones que no entiende ni con sangre. 

Se supone que debía repetir un millón de veces
Suceso tras suceso entre nosotros en mi mente,
Con el propósito de deshacer el efecto luminoso
Que ha aprendido a dejar sello incandescente. 

Le tomo el tiempo a los latidos remilgosos,
Que insisten en galoparle a tu recuerdo.
Y perdiendo en tres segundos los papeles;
Rompo, grito, amenazo y vocifero. 

Al final de este ritual de auto remiendo,
Me reconozco incapaz de no echarte de menos.
Así que me deshago del manual de los conjuros
Y te limpio y te pongo en el altar de nuevo.

 

19.6.15

Tu beso en el vidrio dejó marcado el rouge.

No rompí mi silencio para hablar del cielo.

No se vuelve al lamento para hablar de olvido.

No te olvido ni lamento haberte conocido.

Y aunque esto nuestro ya tenía el tiempo contado;

No habría vaticinio que me hubiera preparado.


Que me salve este amor que siento.

Que no llames, aunque es por lo que muero.

Que me olvides, aunque no es lo que quiero.

Que el destino no nos junte los caminos.



6.6.14

Nena, nunca te voy a dar lo que me pides.

Vértigo.
 
 
Sin dejar de mirarnos hablamos

Más no a los ojos, necesariamente.

Gastándonos un tanto en los encuentros,

Aun sin apenas llegar a tocarnos. 

 

La risa es un reflejo del embrujo

Que va envolviendo a esta atracción demente,

Y mis palabras siempre  a darte cuerda,

Y tú encantado sigues mi corriente.

 

Decirme que me gustas así como estas,

Así como eres, tan tú, tan a mi modo.

Tener que dejar que te vayas, sabiendo

Que siempre que te veo me dejas brillando. 

 

Cuando pienso en tus ojos así

Cautivos por el peso de la piel bajo mi ropa

Y en tus manos, tan lejos y tan cerca

Y en tus ojos… ajustados a mi piel…
 

Y en tus ojos.

 

Y en tus ojos reflejado el cielo,

El cielo del gusto de volver a vernos,

De vernos nuevamente como tontos

Con  la sonrisa delatora por delante.

 

Y esperar con la tripa revuelta

Una oportunidad más de la vida

Para andar de aparecida por tu vida,

Y me sonrías cuando lo consiga.

23.1.14

Waitig for the man.

II


Te extraño en el rugido de mis pesadillas,
En el rumor de las mentiras que aún no me cuentas,
En la falsa encomienda de nuestros recuerdos,
En la piel que ardiendo se revienta.
 
Te necesito en el sudor de mis sueños.
En esos sueños que se rompen al alba,
Que dejan su recuerdo incendiando mi almohada.
 
Te voy buscando entre mis movimientos,
Percibiendo tu aliento en mis lamentos a solas,
En los lamentos que inspira tu ausencia.
En los espasmos de mi celo te presiento.
 
Te añoro en la furtiva tarde a la que robo
Un par de horas cada vez que puedo;
Para pasar de largo mis labores cotidianas
Y llenar de tu ensueño aquellas cortas horas.
 
Me aturdo ante mi propio grito,
Que guardo intacto para mis adentros,
Que se sabe rugido sediento
Por dar mordiscos a tu esquivo cuerpo.
 
Devoro entre visiones los sabores
Que guardo en la infernal cruda memoria.
Ese gusto salobre de tus superficies,
La ensoñación rastrera de mis duermevelas.
 
Más vienes y me voy con todo.
No se reconocerme suave.
 
Me tocas y es llover cintura abajo,
Me miras y te miro entre quimeras,
Te adelantas malévolo a mi antojo
Y me pierdo en el fuego entre tus piernas.