Mostrando las entradas con la etiqueta afraids. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta afraids. Mostrar todas las entradas

13.2.09

Memories.

Hace muchos, muchos años, cuando cursaba el tercer año en el CCH, había un tipo de larga cabellera y aspecto rebelde que cada vez que lo veía hacía rugir mis entrañas en un grito primordial de deseo.

Me gustaba tanto. Es curioso como uno llega a asociar a las personas con canciones que a veces no parecen tener ninguna conexión.

Una tarde de hueva, de las que no faltaban por esas épocas, recuerdo que estaba en mi casa pensando en él unos minutos antes de salir rumbo al heroico plantel Naucalpan. No estaba poniendo gran atención a la programación de la radio (bueno, eso creía yo). Más tarde, ya en la escuela lo vi llegar.

En una de esas ensoñaciones adolescentes en las que desaparece el resto del mundo y lo único que tu logras ver es al objeto de tu amor acercarse caminando hacía donde tu estas, y a huevo, como por arte de magia en tu cerebro atiborrado de respuestas hormonales, comienza a cocinarse una banda sonora para el momento aquel que quedara grabado en tu memoria por los siglos de los siglos.

Ricardo es su nombre, aunque en esos tiempos, era mejor conocido por mi y por mi palomilla de irrespetuosas adolescentes como “El Botello”.

Y ahora se con absoluta certeza, que invariablemente, cada vez que escuche esta canción, volverá a mis recuerdos la escena de esa melena mecida por el viento, mientras él caminaba por los jardines del CCH Naucalpan. Y todo eso también, mientras un hueco en mi pancita me recordaba con amargura que él no era “my baby”.

Llevo toda la tarde escuchando esta rola y añorando viejos tiempos, esos en los que un amor imposible dolía, pero, no lo suficiente. Añorando esa época en la que todo era superable. Pero lejos de estar en un mood triste, me he dado cuenta que hay cosas que no cambian, y lo puedo decir porque al final del día siempre habrá una canción que haga que la nostalgia no duela, que nos deja un momento grabado en la memoria y la alegría de tener un pasado que recordar con ternura. Así que no menosprecien un sound-track meloso, uno nunca sabe cuando le va a sacar una sonrisa que valga por la carga de trabajo de una semana entera.



28.1.09

Waiting for the man.

Cada vez que miro el reloj parece retrasarse dos minutos, estoy a media hora de salir de aquí, con rumbo a nuestra más aplazada cita. Los pensamientos perversos emanan de entre mis neuronas.


Los minutos se resisten a avanzar, el corazón casi derriba al tórax, como queriendo adelantarse al cuerpo, y llegar con anticipación al lugar indicado, el frío se intensifica en mi cuerpo, las manos están heladas y se niegan a moverse.


Mi estomago es un abismo insondable, un remolino de sensaciones expectantes, mi cuerpo aclama el tuyo anticipado, se abre incontrolable antes de tiempo.


Mi mente evoca tu cuerpo desnudo, evoca mis manos sintiendo tu dureza, evoca tus besos y mis sensaciones, la piel humedecida por mi lengua, tus ojos sobre mi cuerpo, mi cuerpo sobre tu cama, tu cuerpo sobre mi cuerpo.

El tiempo se regresa nuevamente, y lo miro avanzar con paso lento. Solo faltan dos horas hace cuatro.


Por fin el momento llega, te veo aparecer desde lejos con el aullido de mi corazón amortiguado por el tráfico de la avenida. Subo al auto, nos besamos, la pregunta que me haces tiene una respuesta afirmativa desde que apareciste en mi vida, avanzamos por la calle, aprovecho el avanzar lento de los autos para besuquearte cada vez que bajas la velocidad. Bajamos del auto que has dejado aparcado, pagas la cuota por nuestro pase al cielo, subir de tu mano las escaleras, girar por un pasillo, y de pronto, cruzamos las puertas que nos han separado de la intimidad hace siglos.


Tu lluvia de besos cae como una bendición, como un zarpazo de tigre en mi corazón. A partir de este momento, lo que resta se cuenta solo entre tú y yo, en una batalla a la antigua, sin armaduras ni escudos, solo nuestras armas afiladas, las uñas, los dientes, la lengua, los brazos y piernas, encontrándose entre todos ellos en una maraña de sensaciones presentes en nuestros vientres. En total comunión.



2.1.09

Anybody find me…somebody to love.

Me encuentro sola otra vez,
Como en los últimos días de los últimos años.
Aferrada a una promesa eterna
Que periódicamente brota de tus labios.
Con una amargura satelital
Atrapando cada uno de los espacios aéreos de mi vida.

Sola, como los días en que más te he necesitado.
Sola, en el espacio insondable de mis horas muertas.
Inconsolablemente sola
En las inmediaciones de tus espacios prohibidos.
Sola en el acotamiento de tus territorios vírgenes.
Aferrándome a las palabras últimas
Que de ti quiero seguir escuchando.

Estoy mucho más sola que antes.
Con una mitad de sueños desbordados,
Esperando el cumplimiento de mis últimas profecías.
Rasgando el silencio que detrás de ti siempre dejas.
Con la insólita esperanza de volver a escucharte
Clamando mí nombre como tabla de salvación.

Estoy tan sola escuchando mis propios lamentos
Esperando esas señales en el cielo
Que me auguren algo más a que agarrarme.

Expectantemente sola y a la deriva,
Reuniendo fuerzas y recolectando sueños.
Abriendo una brecha entre mis ilusiones
Y tus necesidades primordiales.
Esperando que algún día notes la diferencia.







17.12.08

Ground control to Major Tom........

A veces quiero estar lejos de todo, lejos de todos, perderme en la infinita oscuridad del espacio, responder al llamado primordial de mi propia odisea espacial.

Por momentos quisiera olvidar de donde vengo, lo que ha sido mi vida todos estos años, el dolor de estar a solas y rodeada de multitud de desconocidos.

No espero más que ser capaz de olvidar lo que me ha herido, dejar ir los años amargos esperando la llegada de mi alma gemela.

Quiero ser capaz de olvidar el espesor de las tinieblas de amar y no encontrar respuestas. De no tener a quien llamar “mi amor”.

Por último me digo que es la depresión de fin de año, y que aquí no había escrito nada porque no tenía tiempo.

No dejaré de ser quien soy, ni lo deseo. Me ha costado mil tropiezos entender lo que soy y aceptar que no podría ser otra cosa.

La mente en blanco sigue siendo un enigma recurrente. No soy capaz de no pensar en nada o evadirme, ni encuentro los motivos suficientes para negarle otra oportunidad al tiempo.

La realidad me abre los ojos cada día a golpe de amargos hechos. La vida es una mierda y sin embargo, cada vez que lo analizo comprendo que hay algo más allá de lo que a simple vista puedo ver. Una serie de causas que desembocan en efectos insospechados.

Cierro de nuevo los ojos, ya no buscando la utopía, y entiendo que aun así soy parte del universo, no importa que dimensión este ocupando. Y no quiero volver sobre mis pasos buscando un pasado añorado. Tratando de volver mi corazón a Casiopea.



18.9.08

Tan lejos y tan cerca.

"Puedes ser el vampiro o la victima, dependiendo quien este alrededor", dice la voz de Bono a mis oídos.

Y yo, no solo quiero ser tu victima, me gusta serlo, pero también quiero chuparte la sangre y mil cosas más. Quiero abusar de ti, obligarte a hacer lo que yo deseo, no darte tregua. Te quiero ver desnudo pidiendo más, una vez que hayas caído en mi seducción.

Quiero que seas la victima, quiero que vengas a mi, que me supliques quedarme a tu lado, que no puedas estar más de un día sin mi, quiero que llores cada noche que no pasas conmigo, que no haya lugar donde te sientas más seguro que a mi lado.

Te deseo, te deseo mucho, te deseo mucho más, te deseo mucho más de lo que puedo soportar.

Quiero ser el vampiro, voy a ser el vampiro, pronto seré yo el vampiro.

Pero, por el momento, soy solo la victima, soy tu victima. Y una victima solo espera. Mi turno ya viene, solo hay que esperar, solamente esperar.




4.9.08

Del amor y la estupidez en 10 sencillas rolas.

Parte II

“Después de amarnos, nos odiamos”

Nos vamos juntos. Otra vez vuelvo a la prepa, otra vez con él ochentakilero panzón de mis desvelos, envueltos ambos en una historia de amor y odio interminable (esta palabra significa que a ninguno de los dos le importa detenerlo, no que no acabara jamás, ¿de acuerdo?). La pasión hizo lo suyo para iniciar el ir y venir de esta relación tan loca y absurda. Las poses que se suelen manejar en la etapa adolescente, época en la cual uno se interesa más que nunca en hacer imagen pública (como si fueras a volver a ver por lo menos a la mitad de los compañeros de aquel tiempo) echaron abajo durante mucho tiempo la posibilidad de ser sinceros y reconocer que nos estábamos clavando en serio. La verdad es que la historia termina como siempre el más duro de pelar cae al fin postrado ante el aferrado; pero, si lo sabre yo, un aferrado de corazón solo se interesa en la persona que le da sentido a su actitud de reto (ya saben, esa de:”yo veo como le hago, pero éste cae, porque cae”) en cuanto logran el objetivo desaparece la razón de la obsesión, y entonces deja un corazón roto, el primero de la lista.

“Pon carita de pena, que ya sabes que haré todo lo que tu quieras”

Rojitas las orejas. Alguien con quien besas, acaricias, lames, chupas y nalgueas como nunca lo habías hecho, y no porque no sepas hacerlo, sino porque hasta que te lo topas no sabías que alguien podía inspirarte tus mayores esfuerzos en las artes sexuales. Harás lo que sea por esa persona, es lo que algunos suelen llamar estar enculado, no hay lugar donde desees estar más, que en cualquiera donde puedas manosearlo a gusto, besarlo en lugares de su cuerpo que el jamás podrá ver, a menos, claro, que sea contorsionista. Cuando estas cosas pasan, a uno se le olvida, pierde toda noción de lo que la palabra decencia significa, el tiempo a su lado es oro y poco será el esfuerzo que se deba hacer con tal de tener sexo con él, donde sea, y he dicho “donde sea”.

“Y todo pudo haber sido perfecto, nuestro amor pudo ser eterno”

Hoy aquí mañana vete. No hay nada más estupido, a veces, que decirle a alguien una innecesaria verdad. Para terminar una relación lo único que hace falta es decir hasta aquí, no es necesario regodearte en el dolor ajeno diciendo que los últimos días has estado viendo a otras personas y que no sabes lo que realmente sientes, pero que si realmente sintieras algo, no habrías salido con otras. Y encima querer dejar abierta una puerta, por si lo demás no sale bien, ya me parece el colmo del cinismo. ¡Lo que hay que aguantar!

“Me enterraste con tus uñas, en la tierra inferior”

Energía. Cuando alguien vence tu voluntad, te dejas ir, y no ves consecuencias, te asomas solo ocasionalmente a ver los estragos que el nuevo capitán de abordo va ocasionándole a tus naves. Ya no puedes caer más bajo, ya no hay a donde huir, ya no hay energía para buscar salidas, estas en el hoyo y persistes en cavar más hondo. En algún momento tu orgullo se impone, talvez el rencor, el deseo de decirle a alguien ¿Te acuerdas todo lo que me hiciste?, pues me viene guango. Y aquí estoy, me escape, ya no seré tuya nunca más.

“Que me sigo mordiendo noche y día las uñas del rencor”

Todavía una canción de amor. Hay alguien allá afuera, lejos de mis dominios, alguien que estuvo, esa persona que siempre esta, la que va y viene, la que llega y es siempre recibida, la que se va y deja cada vez la certeza de su vuelta. A esa persona que no le digo nunca nada, a la que beso sin esperanzas a futuro, la que un día por su gusto se fue y me dejo por otra, pero vuelve con el tiempo y no me deja del todo, esa a la que aun no se a ciencia cierta lo que me inspira, pero no es para nada indiferencia, seguramente por eso es que le seguiré debiendo una canción de amor, aunque siga mordiéndome noche y día las uñas del rencor, porque cuando pudo hacerlo, no me eligió a mi.

Podría seguir contando acerca de lo mal que me ha ido en el amor, pero, este post ya estuvo demasiado largo y la verdad, también hubo momentos que ameritaron aguantar todas esas cosas que ahora se supone no volveré a hacer por nadie más (casi me lo creo), y ya habrá otra ocasión para hablar de los momentos memorables.

29.8.08

Del amor y la estupidez en 10 sencillas rolas.

Parte I

“Hoy no habría corazones rotos, si tu quisieras”

Si tú quisieras. Canción del español grupo La Unión que acompaño mis preparatorianos desvelos. Me traía muerta un chico pesado (80 kilitos nomás) que no parecía notar que yo literalmente babeaba por él, bueno, en realidad no creo que no lo notara, pero ya saben, los hombres siempre se van a perseguir a las chicas buenas y bien portadas incapaces decir una sola mala palabra, ni tan siquiera una maldición (aunque yo siempre las he llamado hipócritas, pero bueno), recuerdo haber pasado tardes grises y lluviosas con el walkman (si, un walkman de verdad, de los que sacabas tu casette y lo recorrías con tu plumita bic) a todo volumen escuchando esa canción .Yo sólo quería una oportunidad, y como soy bien aferrada, pues al final si la conseguí.

“Hoy te he borrado de mi paciencia, hoy fui capaz”

La despedida. Esta vez Manu Chao ambienta el desolado panorama de perder a alguien que es mucho más que un amigo: Perder a la persona que nos apasiona, que hace girar más a prisa el mundo, o que al menos ocasiona un caos estomacal cada vez que se aproxima a mí. Sigo pensando que duele más perder a un amigo con derechos que perder a alguien que oficialmente es nuestra pareja, pero que a la hora de los besos y la pasión extrema no llena nuestras expectativas. No hay nada más rico que besuquearte con alguien a quien no tienes la obligación de llamarle por su cumpleaños o tener que acordarte que tuvo exámenes para no olvidar que debes preguntarle como le fue, esa persona a la cual no tienes que andarle rogando para volver a verla, solamente porque un día te fue imposible asistir a una cita con él. Es mucho más adictiva esta clase de relación, por eso cuando acaba uno tiene que terapearse con frases del tipo “ya estoy curado, anestesiado, ya me he olvidado de ti” o mi favorita “ya no te espero, ya no te llamo, ya no me engaño”. Si, como no.

“Que ya no puedo continuar espiando, día y noche tu llegada adivinando”

Algo contigo. Andrés Calamaro, a veces endulza su rasposita voz y le salen cosas como ésta, y aparece justo en el momento exacto en el que vivo esta historia de amor-amistad-pacto de no tocar-acuerdo de no hay más que amistad-aunque ambos nos sabemos atraídos por el otro. Hacer el tonto es fácil, pero sobre todo después de topar con pared en el enredo de dejarte llevar un día. ¿Para qué le preguntas a alguien si desea que esto continúe?, si al final, a pesar de ser tú el primero que afirmo que así lo deseaba, te quedas con quien ya estabas, dejando pasar a esta persona con la que sabes que las cosas se habrían puesto buenas. Pues bien, no me lo pregunten a mí, que yo fui quien tuvo que esperar años para escuchar frases parecidas a las de esta canción: “hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo”. Si, seguro, y yo me seguiré preguntando ¿Habría confesado igual sus sentimientos si no hubiese estado de por medio el hecho de que yo tenía en esos momentos la perspectiva de una pareja formal? Naa, esas cosas nunca pasan, no a mí por lo menos.

“Me arde y me quema, saber que no vas a volver”

Me arde. Calamaro me mata por varias razones, pero la principal es que por alguna casualidad del destino siempre que traigo pedos sentimentales, se aparece por ahí en mi reproductor de mp3 con la canción exacta para rasparle a la llaga. Cuando uno termina una relación puede haber millones de canciones que vengan a colación y te hagan chillar como marrano en matadero, pero Oh!, my cat!, cuando alguien esta cien por ciento seguro que esa persona no va a volver, aun si bajaras luna, estrellas y luceros, ¿Qué más queda por hacer que arderse hasta el último límite permitido? Rascarle a la herida hasta que quede en su último y monumental tamaño, para que todo el mundo se de cuenta que nos duele, que nos mata, que nos arde, que disimular no es tan fácil


“Todos veían que se hundía menos yo”

Rumbo errado. Saber que alguien no esta a tu lado por los motivos correctos, o al menos por los que tu quisieras: Darle más de lo que sabes que merece, y todo con tal de según nuestro ingenuo esfuerzo, conseguir que se de cuenta de lo mucho que merecemos su amor. El absurdo más total es cuando abres los ojos y te das cuenta que el que no merecía nada, no eras tu precisamente, desde luego, esto lo aceptas hasta que ya te rompieron todita la madre y te dejaron en banca rota, y pues bueno, ya no quiero seguir contando esto (snif).

Aquí no acaba todo, ya lo deben haber notado, puesto que el título anuncia diez rolas y solamente llevo cinco. Espere la parte dos en el próximo post.

25.7.08

Corrígeme si me equivoco.

Hay historias sin fin en esto de las decepciones amorosas, historias circulares, de ida y vuelta, con membresías VIP en el club de los corazones rotos.
Sabes que va a salir todo mal y aun sabiéndolo, te vale madres y regresas a golpearte la espinilla en el mismo pinche mueble. Debería haber una regla universal que prohíba volvernos a enamorar de la misma persona, aunque, uno no puede asegurar si realmente te has vuelto a enamorar o es que jamás dejaste de estarlo.

En estos casos no cuenta la experiencia, no importa lo duro que haya sido el golpe, al parecer creemos que el placer que obtienes a cambio hace que valga la pena el viacrucis que ya se ve venir. Como que los que nos metemos en este tipo de camisas de once varas, tenemos alma de boxeador y por lo tanto, nos encanta que nos rompan el hocico. Ahí vamos siempre con la ilusa esperanza de que ahora si, van a salir bien las cosas. Según nosotros, la vida ya nos ha hecho demasiadas chingaderas, como para que no nos deba esta, y tenga por fuerza que ponerse a mano. Incluso hasta nos sentimos valientes y osados por volver a intentarlo.

Y yo quisiera saber ¿qué demonios tenemos en la cabeza, que nos hace pensar semejantes pendejadas?

Al final pasa lo mismo de siempre, uno se estrella inevitablemente, lo ve venir con toda claridad, lo sabe a ciencia cierta, y sin embargo, no acierta siquiera a meter las manos.

Así es, hay personas con la capacidad (supongo que nosotros mismos se las otorgamos, al parecer sin fecha de expiración) de hacernos caer una y otra vez con sus encantos (no pocas veces escasos), simplemente basta volver a verlos después de mucho tiempo, una vez que a uno se le han disipado los resquemores de lo que fue. O probablemente se debe a que uno ya trae integrado ese espíritu anti rencores que a veces más nos estorba que ayudarnos. Quién sabe porque, damos por hecho que, si después de lo que nos hicieron, aún tienen la osadía de hablarnos como si nada hubiera pasado, significa que han cambiado y que desean reparar sus errores del pasado.




Después de levantarme del suelo donde estuve carcajeándome por casi cinco minutos de semejante ocurrencia en la última oración, prosigo:

No sé donde leí que el ser humado es el único animal que comete el error de tropezar dos veces con el mismo obstáculo (¿no que muy chingones?, esto los animales lo aprenden por pura experiencia, se supone que con nuestro intelecto esto debería ser pan comido), yo creo que hay que agregar en desagravio nuestro, que el hombre ha de ser el único animal capaz de sentir amor (a menos que el otro animal en cuestion sea un protagonista de películas de Disney), porque de otro modo, en teoría, la experiencia debería ser suficiente, al menos eso es lo que la lógica indica, pero, ¿qué lógica puede haber en la mente de un individuo que al primer “mi alma” vuelve a dar las nalgas? Obvio, ninguna.

Conclusión: como dice Lenny Kravitz, esto no se acaba, hasta que se acaba (‘cause baby, it ain´t over till it´s over), ha de pasar las veces necesarias para que uno sepa con quién se esta metiendo, se ha de repetir hasta que alguno de los dos entienda que ya no hay como, ni para que, y aunque hubiera como, no hay por donde, y el para que perdiera sentido sin el como, y… eso me recordó al súper agente 86, al que a propósito del tema, siempre le salían las cosas bien por pura chiripa. Así que de hecho, la conclusión es esta: a menos que seas el súper agente 86, ni creas que regresar con un antiguo y tormentoso amor es una buena idea. La próxima vez que te topes con uno, procura salir corriendo en dirección opuesta sin detenerte hasta llegar a donde tu terapeuta (persona que te cobra por hacer lo que hace un amigo gratis) o si lo tienes, tu mejor amigo (persona que te terapea gratis con el plus de decirte que no seas pendejo antes de cada frase y que rara vez te cobra tus consultas nocturnas) se encuentren en ese momento. Huye, que en el peor de los casos más valdrá que digan: “aquí corrió”, que: “ya chafeo”.
Y para amenizar el momento y no salir del ambiente Calamaresco que rige mis actuales días, ahí les va esta rola (personas adictas al dolor: corran por los chicharos o galletas de animalito)



Y para despejar las últimas dudas que les queden, vean lo mal que se verán en el proceso, aunque las cosas al final les salgan bien:

19.6.08

Y ahora me arrepiento.

Algo que a todos nos tiene que pasar alguna vez, es quedarnos como imbeciles dejando pasar una oportunidad de oro con alguien con quién además teníamos hartas ganas de que algo pasara.
Típico que por miedo a que todo salga del nabo, nos quedamos con las ganas, aunque sea clarísimo que la otra persona anda volando igual de bajo que nosotros.
Cuando volteamos a ver que dejamos ir la única oportunidad, porque después de que esto pasa, las cosas se enfrían (es una ley de Murphy) y no hay retorno, ya ni llorar es bueno.
Pero, sé de una todavía más dolorosa situación. Esa en la que finalmente, después de meses de andarse haciendo pendejos, por fin los dos consiguen un encuentro de bocas, manos, piernas, caderas, ugh!, y un profundísimo etcétera. Y al final, se despiden con cara de zombies y el corazón a todo volumen, pero ya desde ese momento con la certeza de que fue por única ocasión.
No sé porque demonios, pero, así es, no llamamos, a pesar de estar muriéndonos de ganas, pero eso sí, estamos más al pendiente del teléfono que si nos fueran a llamar par decirnos que ganamos la lotería, los pronósticos deportivos o el melate. Una espera absurda ya que sabemos muy bien que tampoco la otra persona va a llamarnos, y en caso de que lo haga nos pondremos en la posición de: “Si el no habla del asunto, yo ni lo menciono”. Total que ninguno de los dos dice lo que quiere decir y al final todo acaba en un desgaste emocional más fuerte que si no hubiera llamado. ¿Porqué demonios pasan estas cosas? Tengo diversas teorías para aclarar esta duda, las cuales enumero a continuación:

1 Cobardía: No nos creemos lo suficientemente a la altura de la otra persona, y pensamos que aun si nos diera una oportunidad, no tardaríamos en echarlo a perder, así que preferimos evitarnos la molestia.

2 Seguridad emocional: Sabemos perfectamente que jamás antes alguien nos había hecho sentir lo que esta persona, entendemos que será un constante desajuste de tripas el tratar de tener algo serio con el(ella), y no nos cabe la menor duda de ello, si tomamos en cuenta la falta de apetito que tan solo haber tomado esta decisión nos produce.

3 Me quedo con lo seguro: Por más que en el fondo de nuestro ser nos queda clarísimo que este wey o vieja es el amor de nuestra vida, apelamos a la fidelidad que debemos a nuestra actual pareja, a pesar de lo gris que la(o) vemos a partir de lo ocurrido con el o la susodicha (como si nos fuera a costar mucho trabajo volver a ponerle el cuerno con cualquier otro(a) que se nos atraviese luego).

4 Solo estaba jugando: Pensamos que podrán hacernos pedazos si hablamos de algo serio, pues podría suceder que la otra persona solamente nos haya tomado por algo casual, nos veríamos muy mal forzando la situación por algo que al otro no le interesa ni tan siquiera volver a mencionar. Y el miedo al rechazo, si que esta cabrón.

5 No quiero perder su amistad: Este caso en particular solo aplica a aquellas personas que de verdad se han enamorado de sus verdaderos amigos, y saben que podrían perder más de lo que ganan si la relación se va al caño.

Estos son en mi experiencia los motivos por los cuales uno es lo suficientemente bruto como para dejar ir a alguien que significaba demasiado para nosotros. De cualquier manera, no es reconfortante conocer los motivos, más bien, nos deja aun mas claro lo pendejos que fuimos por no darnos la oportunidad, por no luchar, por bajar los brazos resignados. Y aunque al final queramos confortarnos pensando que pues a ultimas eso ya paso, cada ves que escuchemos esa canción que nos hace recordarlo(a) volverá la miseria de saber que pudo haber sido de otro modo, si tan solo no lo hubiéramos pensado tanto. Y ahí estamos otra vez lamentándonos de nuestra falta de coraje, sabiendo que estábamos a una llamada de tenerlo todo, a un “¿Porqué no lo intentamos?” de obtener un ansiado “si”. Pero eso, fue hace mucho, muco tiempo.

11.6.08

Música de fondo para tarde nublada.

El clima nublado, el dolor de cabeza, los escalofríos y la sensación de andar entre nubes que anuncian una gripe sin precedentes, no hacen más que producirme lapsos insólitos de nostalgia por lo que fue y por lo que no fue.
Me hacen volver a momentos insuperables de mi vida. Las tardes lluviosas, siempre te remiten a otras tardes lluviosas de gloriosos encuentros. Un aroma que se graba en la memoria para siempre. El olvido no es definitivo, bajo ciertas circunstancias. Sabes que ya no amas a quién fue, pero sabes que jamás dejaras de amar lo que fue. Deseas estar otra vez ahí, haciendo el amor a escondidas como todo buen adolescente, y besar esos labios que fueron los primeros, pero que no serían los últimos de ninguna manera. Sabes que nunca habrá tanto morbo como entonces que recién lo descubres, y que los vértigos atestados a tu estomago cada vez que te tocan ya no serán los de antaño jamás. Y te presientes sensual bajo una piel tan caliente como la tuya. Besas como nunca vas a volver a hacerlo, con la noción de que son los besos más dulces, te prendes fuego pensando en como prenderle fuego al contrario. El frió esta afuera, y nada más. Tú, solo sabes de llamas, de espasmos, de urgencia por no tener puestos más que los calcetines.
Es tu iniciación, afuera alguien celebra jubiloso un gol, adentro, adentro ardes, te disuelves, te ausentas de la vida y sus juegos de pelota. Tu juego de pelotas es más intenso, y los goles se anotan de un solo lado de la pizarra.

21.5.08

¿Ya estoy curado?

Con la absurda ilución de quién ingenuamente piensa que se acabo, se suelen escribir este tipo de canciones. No sé a quién le salan más la herida, si a quién compuso semejante oda al autoengaño, o a quienes como yo la escuchan mil veces con la absurda esperanza de que se vuelva cierta la sentencia: "Ya estan domados mis sentimientos, mejor así"
Más, aun en el colmo del paroxismo, se escucha y se repite con singular pasión la exaltada frase "ya no me engaño", que cinísmo oculto entre tanto dolor. Se acepta la perdida, pero con el hondo deseo de que no sea así, y aun en esa circunstancia, decir "ya no me engaño", es el engaño más grande de todos.

Porque muy en el fondo, o bastante en la superficie, estamos seguros de que al final, en nuestro sentir, como en la canción, prevalecera, un dilucidador: "Te espero siempre mi amor, cada hora cada día, cada minuto que yo viva"

Palabras que al final confieren a una rola, en su forma esperanzadora, un fondo de pura decepción que logra situarla, y por mucho, en los niveles de lo que se suele llamar una rola de ardidos(o hecha para cuando nos quema y recalcitra el abandono de nuestro peor es nada).

Es una rola de ardidos, porque la esperanza que al principio se representa en el hecho de afirmar que "ya estas curado", se trastoca gradualmente en profunda desilución, cuando comprendes que al final, la esperanza que realmente quisieras tener, es la de que ese perfido(a) embustero(a) regrese contigo. Por eso casi escupes (o vomitas, lo que se prefiera) las ultimas palabras: "No te olvido y te espero", porque eso es lo que realmente quisieras que pasara, aunque,sabes perfectamente que no va a ser así, de otro modo, para que habrías de querer engañarte diciendo por principio de cuentas "Ya me he olvidado de ti".
Dan ganas de llorar, ¿o qué?

12.5.08

You, mother fu....

Se supone que el día de las madres, todas las madres deberíamos amanecer con un obsequio en ciernes. Yo no sé en que parte de las estadísticas estoy yo, como madre soltera que no tiene contacto con el progenitor de su hija, pero no creo que el porcentaje sea muy pequeño. El caso es que la llegada del 10 de mayo es cada día más engorrosa para mi, es cierto que tengo una madre a la cual festejar, pero no se siente bonito ver a todo mundo abriendo obsequios alrededor, mi hija aun es muy pequeña como para entender que el 10 de mayo es un día que se ha señalado para que la mercadotecnia una vez más haga de las suyas.

Pero luego uno también se pone a pensar en las personas que recién perdieron a su madre, en los que les importa tan poco que la tienen viviendo en un asilo, en los que no saben ni quién los parió, en los que tienen una, solo para sacarlos de sus aprietos económicos, o con la ley, en las que fueron madres por instantes y después vieron morir a sus hijos, en las que al ver en lo que sus hijos se han convertido desearon no haberlos parido, en los que tienen madres dominantes, y en fin, acabo comprendiendo que madres e hijos somos solo seres humanos, y que por muy deprimida que me ponga el día de las madres, siempre habrá alguien que las este pasando más negras que yo.

Estoy segura que en cuanto mi hija tenga edad de que alguien le diga “que poca madre”, no va a tener ninguna razón de sentirse aludida, talvez no tenga padre, pero madre si tiene, y mucha.

No recibí regalos por el día de las madres, ni llamadas de amigos felicitándome, pero se que soy madre porque así lo decidí, y eso me hace sentirme mucho, pero muchísimo mejor, después de todo, lo que nos hace ser buenas madres son cosas que no necesitan reconocimiento, porque las hacemos por amor.

Hoy es lunes y ya se acabo la fiebre de regalos, flores, canciones cursis, festivales, rifas, eventos proselitistas con despensitas chafas incluidas, y demás delirios que solo se llevan a cabo una vez al año en conmemoración de las autoras de nuestros días. Es un lunes perfecto e impersonal para regalarle a mis oídos lo que el alma ha estado deseando todo este fin de semana: una rola que levante. Y como yo no soy envidiosa la comparto con quien quiera escucharla.


21.4.08

What it takes?

¿Cómo demonios hacemos para no aferrarnos y dejarlo pasar? ¿Qué se hace en caso de abandono sin explicaciones? ¿Qué demonios paso que fue mejor dar la espalda y ni adios decir, es decir, si te vi, ni me acuerdo? ¿Porqué nos abandonan siempre cuando de verdad nos estamos clavando? ¿Quién demonios nos mando volver a confiar a ciegas? ¿Cómo pueden nuestros ex hacerlo en la misma cama donde lo hicieron con nosotros? ¿Cuánto tiempo ha de pasar para dejar de pensar en alguien? ¿Y cómo se supone que el dolor pueda desvanecerse? Preguntas eternamente sin respuesta.
Hay que poner cara de pocos amigos y seguir adelante, con suerte nos toque ser a la próxima el ganador de un juego al que todos somos adictos. Si es verdad que el amor apesta, ¿cómo es que todo mundo quiere darse su embarradita?

18.3.08

Here I stand in isolation

Amarte y no estar contigo. 
Necesitarte y saber que ya no estas. 
Querer besarte, derretirme por ti, 
Anhelarte, no cesar de llevarte en mis deseos.

Perder siempre y no asumirme perdedora, 
Seguir tratando sabiendo que no hay por donde.
Vivir con la certeza, pero con la necedad y el empecinamiento.
Dejar de amarte no puedo, y tu no vuelves, 
No llamas, no sabes que aun por ti sigo aquí ...
"In isolation".



5.3.08

Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrr!!!!!!

En mi experiencia, amar no nos lleva nunca a un buen puerto, y sin embargo se sigue arriesgando el cuero. Es preferible sentir una daga de celos enmedio de las tripas, a no sentir absolutamente nada por nadie. Hace solo dos días entendí por fin lo que los celos pueden hacernos, y no me gusto nada sentirlos con la intensidad con la que me fueron dados. Lo más doloroso de todo, es que ni siquiera tenían fundamento, te hacen volverte irracional, una verdadera bestia furiosa, alguien a quien desconoces, por completo fuera de control. No puedo programarme y decir que nunca más voy a sentirlos, pero por mi bien, espero salir un poco más airosa de esta situación.Por el momento, solo pedir disculpas y pasar a retirarme.

27.2.08

Rascame aquí.

Cuando ataca la comezón, rascarse no ayuda mucho, pero que rico y delicioso es hacerlo. No hay duda que dejas muchas roñas en mi, algunas dejaran inborrables cicatrices, en el corazón y otras partes del cuerpo. Y en este momento prefiero rascarme recordando esas comezones que siempre me has provocado,a gusto y escuchando esta rola que me queda muy a tono. Si vuelves, ayudame a rascarme, que hoy si tengo comezón en el corazón.

14.1.08

Solamente cuando es con vos

Pronta entrega, por favor. Bebe,aun si me estimulara con musica y alcohol, nada hay como tus besos, nuestra pasión, tu exitación y la mía, se siente todo irreal, ¿no lo crees?

6.12.07

EL REVOLTOSO.

MAESTRO!!!!!! CLAP, CLAP, CLAP!!!!!



Un amor.

22.11.07

A orillas del mar.....

La nostalgía te atrapa, seguro te acuerdas cuando en la prepa había un wey que te traía de un ala (o de nalgas según se vea). Luego te acuerdas que cada ves que escuchabas una rola en tu walkman te sentias otar vez como en la primara, cuando había un wey que te traía de un ala o de nalguitas (en ese tiempo estaban más peques). Pues total que esta historia circular de la nostalgia, las canciones y por supuesto las nalgas, me ha hecho añorar escuchar en mis walkman esta rola, que siempre me hace pensar en epocas anteriores, y que me encanta. Y que mueran más toreros!!!

30.10.07

Sin dinero no hay besos.

¿Qué puedo hacer si solo tengo amor?