Vienes a mí a deshoras,
Con las sensaciones recién despiertas.
Vienes a mi sublimemente excitado.
Te recibo en el borde del paroxismo,
Con mi deseo goteando entre tus manos.
Mi beso es la promesa del paraíso
Y tus labios en trémulo festejo
Anticipan la agonía y el infierno.
Eros ha vuelto…
Y esta vez no esta ebrio.
Hay que hacer caso a las sensaciones del cuerpo,
Sucumbir al deseo genuino,
Redimir el latido
Y montar en volandas el temblor ajeno.
Desgastar las superficies mutuamente,
Deslizarse sobre el opuesto
Y contagiarle tus
temblores,
Arder con ellos puestos…
El corazón es una llama ardiente
Que tu sola respiración aviva.
1 comentario:
esta bien edxitante esto jajja pero me recordo mucho ala rola de los hombres G del mismo nombre
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