“Y si un día cayeras del cielo, con todo lo que implica que alguien caiga de algún lado, sacude el polvo de estrellas de tu ropa y prepárate a dar esperanza a una civilización perdida” (*)
En mis sueños siempre llegas así, cayendo lentamente al principio, pero apurando al final la estrepitosa caída.
En mis sueños siempre llegas así, cayendo lentamente al principio, pero apurando al final la estrepitosa caída.
En mis sueños, resbalo ventana abajo hasta el suelo que te recibió, te acomodo en mi regazo y te devuelvo la vida. En mi sueño supe que puedo dar vida. Entonces abres tus ojos, que no son como mis ojos. Me reflejan en la totalidad de su negra esfera, la perpetua dilatación de tus pupilas arropa mi imagen, directamente hasta tu recuerdo.
Y entonces las alucinaciones comienzan, me traslado a tu mundo sin moverme del mío. Veo el final de sus tiempos, el comienzo del éxodo, el cumplimiento de las profecías.
En mis sueños nunca logro llegar más lejos que eso. Por eso sigo durmiendo de noche y de día. Comencé a tomar esas pastillas para no dejar ir oportunidad alguna, para llegar más lejos en tu historia.
Una mañana abrí los ojos y al mirarme al espejo no pude reconocerme, es decir, era la misma cara de siempre, el mismo lunar en la sien de toda la vida, pero esas expresiones no eran mías, ni siquiera recuerdo como llegue hasta el espejo. Trate de mover un brazo, pero el cuerpo no me obedecía, seguía mirando el espejo, pero esa imagen, estoy segura, ya no era la mía. Intente bajar la vista tratando de verme los pies, pero mi cabeza se negó a girar, no sé como, pero, seguía viendo a través de mis ojos, pero no podía controlar los movimientos de ninguna parte de mi. Mi cuerpo, como un extraño, tenía voluntad propia, de algún modo que recuerdo tan vagamente que no voy a comentarlo, llegue a mi lugar de trabajo, entre a la sala de juntas del corporativo y de pronto me vi rodeada de gente que yo jamás en mi vida había visto.
No podía entender nada de lo que ahí se hablaba, ni siquiera lo que decía yo misma, solo se que contemplábamos todos una pantalla al fondo de la sala. Volví a ver las imágenes de la destrucción de tu mundo, volví a ver el éxodo en masa de mentes teletransportadas a regiones distintas del universo.
Viendo esa pantalla, pues no despegabas mis ojos de ella comencé a comprender todo. Debía tomar esas pastillas, era necesario; no podías tomar mi cuerpo mientras dormía, porque corrías el riesgo de que el tiempo de vigilia llegara y la materia que sustentaba tu esencia podría descomponerse. Ahí estaba todo, en la pantalla. El método para tomar el cuerpo de una criatura terrestre. Había que dormirlos por más de catorce horas continuas, hasta que su mente no estuviera en condiciones de mover ni un músculo debido al aletargamiento de los mismos.
Había la posibilidad de encontrar cuerpos en estas condiciones de manera espontánea, pero una vez que los tomaban resultaba muy difícil controlar la mente invadida, consumían sustancias que incapacitaban al individuo para alojar cómodamente al huésped. Lo vi con toda claridad en la pantalla, estaban por todos lados, mis vecinos, los profesores de la Universidad, el recolector de basura, las monjas, los curas, los conductores del metro, mucha gente que ya no era más gente.
Pero había algo que ellos no soportaban, que ustedes, que tu no soportas. El grito de terror de las mentes ocupadas, ese grito les es perturbador, no pueden con él, necesitan tomar más pastillas.
Había una esperanza: Aun no lograban controlarnos a todos, los principales funcionarios públicos, los artistas, las modelos, los más marginados, el crimen organizado, los poderosos, los evadidos, ellos eran inasequibles. El consumo de sustancias los hacía inutilizables para el alojamiento, no había mayor torpeza que tratar de auspiciarse en uno de ellos. Cuando estaban embotados por las drogas era imposible para el huésped dominar sus movimientos, pero era peor cuando pasaba el efecto. Esas cabezas albergaban tanto horror en sus mentes que superaban en las del huésped, y con creces, el horror del holocausto (el de su mundo).
La vuelta a la normalidad del poseso era el comienzo de la pesadilla de cualquier huésped incauto, ahora tenían la capacidad física de moverse, pero el horror en su interior no cesaba, aun no logro ni quiero entender que podían estar recordando o viviendo los poseídos para causar tal terror en su huésped y en ellos mismos. A los huéspedes los vi revolcarse enfundados en sus nuevos trajes de piel humana, retorcerse grotescamente como en un ritual antiguo. Pero no eran los únicos que sufrían, en realidad, no se alcanzaba a distinguir entre huésped y poseso. Los gritos que empezaban a salir de sus bocas eran un claro unísono de voces humanas y extranjeras.
Yo escuchaba con espanto la aterrada voz humana, pero nada me preparo para ver las muecas poco humanas que mis compañeros en la sala de juntas tenían petrificadas en sus rostros. Los gritos de los de su raza los tenían al borde de sus asientos, algunos vomitaron cuando en la pantalla vieron el proceso de descomposición del cuerpo ocupado. En cosa de segundos esos cuerpos quedaban reducidos a una masa gelatinosa cubriendo los huesos que en la transparencia temblorosa de las carnes asomaban en colores diversos en gamas entre el púrpura y el negro. Una masa deforme ausente ya de cualquier materia gris, ausente ya de cualquier invasor. Muerta en todo sentido.
Aquello fue lo último que mis ojos pudieron contemplar en la pantalla, eso, y una mano introduciendo un puñado de pastillas en mi boca. Por cierto, era mi mano.
*Fragmento de un poema escrito por quien esto narra la primera vez que se presento “el sueño”
3 comentarios:
tendria como 17 años y solo keria dormir por que soñaba con una mujer con la cual me sentia bien,todavia espero el dia en ke se convirtta en realidad y asi poder llegar mas lejos
saludos...
en los sueños todos somos renovados, yo a veces me evadia de la realidad y no es que estuviera loca... haz vito la ciencia del sueño?
me identifico mucho con stefan... ese chico que incluido se fija en las personas menos indicadas...
en los sueños se es un heroe, el astuto, el mejor, el mas feliz... casi todo se logra soñando
te mando un abrazo
y solo quiero decir gracias por leer y compartir a veces tus comentarios me resultan tan geniales que me es dificil superarles
a veces me pierdo! ultimamet el tiempo es tirano conmigo
pero nos seguimos leyendo mi kiddo
un beso soñador reciproco
y con ese tema musical de fondo queda muy ad doc
ho!! es muy bueno lo que escribes. yo por que no escribo asi¬¬* juju!
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