Cuando hace varios años decidiste, a pesar de haberme dicho lo contrario, que la persona con la que querías estar era con ella, lo asumí con toda la dignidad posible a esas alturas.
Te llore, me dolío, me retorcí y me ardío durante mucho tiempo. Y así, de la nada, de repente un día resulta que siempre me amaste, que aun me amas y no solo eso, para rematar con cereza en el pastel, además me informas lo mucho que te duele saber que estoy haciendo una vida con alguien y el hecho de que estoy intentando que salga todo bien con esa persona.
Como bien te lo he informado a su tiempo, no podía esperar por ti toda mi vida cual Penelope (la de Serrat o la de Homero, la que prefieras, que para el caso es lo mismo).
Hace no se cuantos años, tuviste a bien decidir quedarte en el lado comodo de tu vida, te quedaste con lo que tenías seguro, porque sabías que conmigo las cosas se ivan a poner buenas, pero que te costarían muchos de tus vicios y costumbres, en fin, sacrificios que no estabas dispuesto a hacer.
No quisiste arriesgarte a ver si funcionaba, así que no puedes culparme porque ahora yo si estoy haciendolo. Me arriesgo con alguíen a que me rompa el corazón, y la madre. Pero vale la pena porque resulta que yo amo a esa persona, porque puede pasar que también me rompa las dudas, los complejos, la desconfianza y con suerte, la ropa interior.
Yo amo a esa persona y no puedo ser tan cobarde como para no jugarmela por él. No sé a quién más pueda pesarle mi desición, pero ya esta tomada, y el pasado se fue hace mucho, cuando me cerraste esa puerta en las narices sin dar explicaciones.
Ahora mismo mi destino con esta relación es incierto, pero lo único que puedo asegurarte, es que a ti ya no te amo. Y te lo digo así, sin miramientos, sin ensayar frases adecuadas o menos dolorosas, porque se que de no hacerlo así, te daría una esperanza, y eso si que no puedo hacerlo.
Y sabes que siempre contaste conmigo, porque he sido tu amiga hasta el final, y si crees que te traicione de alguna manera, baste decir que no se puede perder algo que no reconocimos como nuestro en el momento necesario. Aun así sabes muy bien todo lo que te aprecio y que por mi no se ha de perder la amistad.
Hasta nunca o hasta siempre, según lo asimiles.
Te llore, me dolío, me retorcí y me ardío durante mucho tiempo. Y así, de la nada, de repente un día resulta que siempre me amaste, que aun me amas y no solo eso, para rematar con cereza en el pastel, además me informas lo mucho que te duele saber que estoy haciendo una vida con alguien y el hecho de que estoy intentando que salga todo bien con esa persona.
Como bien te lo he informado a su tiempo, no podía esperar por ti toda mi vida cual Penelope (la de Serrat o la de Homero, la que prefieras, que para el caso es lo mismo).
Hace no se cuantos años, tuviste a bien decidir quedarte en el lado comodo de tu vida, te quedaste con lo que tenías seguro, porque sabías que conmigo las cosas se ivan a poner buenas, pero que te costarían muchos de tus vicios y costumbres, en fin, sacrificios que no estabas dispuesto a hacer.
No quisiste arriesgarte a ver si funcionaba, así que no puedes culparme porque ahora yo si estoy haciendolo. Me arriesgo con alguíen a que me rompa el corazón, y la madre. Pero vale la pena porque resulta que yo amo a esa persona, porque puede pasar que también me rompa las dudas, los complejos, la desconfianza y con suerte, la ropa interior.
Yo amo a esa persona y no puedo ser tan cobarde como para no jugarmela por él. No sé a quién más pueda pesarle mi desición, pero ya esta tomada, y el pasado se fue hace mucho, cuando me cerraste esa puerta en las narices sin dar explicaciones.
Ahora mismo mi destino con esta relación es incierto, pero lo único que puedo asegurarte, es que a ti ya no te amo. Y te lo digo así, sin miramientos, sin ensayar frases adecuadas o menos dolorosas, porque se que de no hacerlo así, te daría una esperanza, y eso si que no puedo hacerlo.
Y sabes que siempre contaste conmigo, porque he sido tu amiga hasta el final, y si crees que te traicione de alguna manera, baste decir que no se puede perder algo que no reconocimos como nuestro en el momento necesario. Aun así sabes muy bien todo lo que te aprecio y que por mi no se ha de perder la amistad.
Hasta nunca o hasta siempre, según lo asimiles.
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