Por mis lágrimas escapan universos de besos que ya no
podré darte.
No habrá más fuegos artificiales, ni ardor, ni nada.
Y no encontraré descanso del teatro que me monto para
actuar que ya no importa.
La tristeza y el dolor son alimento que hace crecen siempre en mi pecho flores nuevas.
Desde esta perspectiva, mi universo infinito, bien podría
guardarse en el deseo de tu mirada.
Y descansarme del dolor en el recuerdo de tu risa.
Te puse un nombre clave para poder quererte y que sólo tú
lo supieras.
¿Cómo nombrarte ahora para seguirte queriendo sin
que lo sepas tú?