6.6.14

Nena, nunca te voy a dar lo que me pides.

Vértigo.
 
 
Sin dejar de mirarnos hablamos

Más no a los ojos, necesariamente.

Gastándonos un tanto en los encuentros,

Aun sin apenas llegar a tocarnos. 

 

La risa es un reflejo del embrujo

Que va envolviendo a esta atracción demente,

Y mis palabras siempre  a darte cuerda,

Y tú encantado sigues mi corriente.

 

Decirme que me gustas así como estas,

Así como eres, tan tú, tan a mi modo.

Tener que dejar que te vayas, sabiendo

Que siempre que te veo me dejas brillando. 

 

Cuando pienso en tus ojos así

Cautivos por el peso de la piel bajo mi ropa

Y en tus manos, tan lejos y tan cerca

Y en tus ojos… ajustados a mi piel…
 

Y en tus ojos.

 

Y en tus ojos reflejado el cielo,

El cielo del gusto de volver a vernos,

De vernos nuevamente como tontos

Con  la sonrisa delatora por delante.

 

Y esperar con la tripa revuelta

Una oportunidad más de la vida

Para andar de aparecida por tu vida,

Y me sonrías cuando lo consiga.