Esta sed que me devora en llamas
Y que se alimenta de tantos recuerdos
De mi cuerpo recibiendo al tuyo
Con el frenesí de quien olvida el tiempo.
Tiempo que regresa para recordarnos
Que sólo unas horas nos pertenecemos.
Tu cuerpo es mi delirio por ahora.
Me froto con tu piel siempre que puedo
Para llevar tu esencia entre mis ropas.
Este cielo de besar tu boca,
De sentir tus manos,
De mirar tus ojos entre mis espasmos.
Este oficio de necesitarte,
Estas ganas de tener tu cuerpo,
De comer tus besos,
De robar tu aire.
Este vicio de querer sentirte,
De probar tus sales,
De encontrarte dentro,
De sobrevolarte.
Esta convicción de carecer de fuego
Si tú no me tocas, si tú no me miras.
Si tus largas manos no me desnudasen,
Yo no sé qué haría.
Este corazón que quema entre mis ropas,
Que se desconoce cuándo alborozado
Porque crece al doble su bombeo errado
En las ocasiones en que yaces mudo y duro a mi costado.