24.9.10

She is not a Killer Queen.

-Un asesino que se precie de serlo siempre deja su sello de autor, un modo de identificarse que deje claro quien perpetro el hecho.

-Si te comprendo, yo no tuve tiempo de matar a esa zorra, pero buena marca le habría yo dejado, para que nadie olvidara quien la mando al otro mundo.

Sin querer, saliendo de cobrar un trabajo, escucho a este par de estúpidos. Por eso los encuentran tarde o temprano. A mi no me interesa ser reconocido, lo único importante es tener clientes exclusivos que paguen lo que vale una vida, que sepan el significado de mancharse las manos, que lo tengan lo suficientemente claro como para preferir pagar por el trabajito.

Diez años de carrera y este imbecilazo hablando de sus asesinatos por placer, que pena me da, es un enfermo con carencias afectivas que no hace más que tratar de llenar los huecos que una apestosa infancia en las barrancas le dejo. ¡Matar por placer, que animal!

El oficio de asesino es bien remunerado, cuando se hace bien, perfeccionando los huecos, acrecentando la discreción del cliente, moviéndote en los más apretados círculos de poder, actuar con absoluta cautela, con el control absoluto, con el conocimiento total de la rutina de la victima en tu poder.

Siempre me asegure de eso sobre todo, los expedientes llegaban a mi correo electrónico con la prontitud y el recato necesario para tener a disposición la información crucial para llevar a cabo con eficiencia la encomienda en turno. Nunca un retraso, nunca una falla, los resultados me recomendaban. Clientes no faltaban y ahora que poseía una buena cantidad de cuentas fuera del país, de esas que no pagan impuestos, no había ninguna razón para no retirarme. Siempre dije que a los colegas de oficio los pudre la ambición o los vicios. Yo no tenía ninguno de los dos. Un perfecto control de mis emociones me había llevado a tomar la vida con calma, después de todo es más fácil buscar cola que pisar a las personas que aparentan tener demasiados lujos. Por el contrario, discreción es mi segundo nombre.

Saber que hay alguien esperándome para compartir mi vida después de este estercolero, olvidar el pasado y recomenzar. No he buscado a una mujer de esas que te vuelan la cabeza, con curvas que no te alcanza para pagar ni con todos los sacrificios a los dioses aztecas. Sol, su sobrenombre corto es el que mejor le va, Soledad es una contradicción en si misma. Su risa es alta, no escandalosa, alta y sincera, una risa que abre surcos en mi corazón, estrías que atestiguan que aún sigo siendo humano. Sus ojos café guardan secretos de un pasado amargo, el mismo que hace ese misterio en su mirada. Y cuando habla, de su boca se derrama un suave gozo de sonidos que disipan mis temores, que me ofrecen expectativas. No es mi Sol, porque nadie en su sano juicio desearía cuartar sus libertades, pero es un sol derramando a voluntad sobre la miseria que había sido mi vida. Ella espera al otro lado, cuando todo esto termine. Una vez que revise este correo y obtenga el dossier de mi próximo trabajo estaré a unos cuantos pasos del retiro. Seguramente un pájaro de cuenta, como de costumbre, gente que se ha pasado de lista con otra. Venganzas entre hermanos, mujeres que engañan a peces gordos, sicarios de poca monta, policías sirviendo a dos amos, prostitutas con iniciativa, la lista es larga y prefiero revisar el expediente.

Pero, hay un error obviamente, debe ser alguien con el mismo nombre, eso es común en un país como México. Reviso bien el nombre del archivo, y si, es exactamente el mismo. Se hace una eternidad la descarga del documento, me hierve un espeso fluido en la lengua, tomo un vaso con agua, el estomago se siente como un abismo en etapa de crecimiento, y la sudoración de axilas y palmas de las manos está por volverme loco. Por fin se abre el documento, el típico dossier con una enorme foto del rostro de la futura victima de frente y a toda pantalla. El rostro me mira con melancolía desde la pantalla, esos ojos café se ciernen sobre mí con una siniestra certeza. Leo el expediente con el corazón perturbándome las sienes en un golpeteo infernal. Es bastante extenso, si fuera una novela policiaca, me pondría en perfecta intriga por saber el desenlace. Sin embargo, así no es. Hace ya un rato, tengo la vista nublada, pero no puedo dejar de leer el grueso rosario de cuentas pendientes de ésta blanca paloma. Honor hace a su nombre, con las cuentas que debe, ha dejado huérfana a media ciudad. Se eclipsa en mi interior mi visión a futuro, se eclipsa como ese sol que acaba de extinguirse ante mis ojos. Tal vez debí retirarme un trabajo antes, pero este cliente insistió en que fuera yo quien llevara a cabo el trabajo. Vuelvo a leer el nombre que había sido contradicción hace unos minutos. Soledad Santiago Pérez. La mujer que, de acuerdo a su expediente, por lo menos su cabeza, ahora vale más que todos los sacrificios a los dioses aztecas.

Que ganas de tener sello de autor.
 


20.9.10

Cuando miro dentro tuyo, me asusto de lo que hay.

Soliloquios iracundos.
I
Ya estoy hasta la madre de que todo el mundo crea que soy una pinche vieja amargada, que se la pasa gritándole a todo el mundo. Que si en el trabajo ando de roñosa con todos. Que si hasta por teléfono me peleo con cualquiera que tenga la mala fortuna de llamarme. Hasta he escuchado fuertes rumores de que piensan que como no tengo galán la falta de sexo es la razón de mi actuar así, pues déjenme decirles algo bola de pendejos, buenos para nada y facinerosos hijos de la chingada. ¿No se les ha ocurrido pensar que soy bipolar?

II
En cuanto se descuide Gómez, voy a tomar de su escritorio la pluma fuente que el jefe le trajo de Alemania, desgraciado, no se merece que le den lo mismo que a mi, yo trabajo como burro toda la semana, nunca falto, siempre le digo al jefe todo lo que los demás hacen en su ausencia, llego antes que el resto de los empleados, y ¿qué me trajo de Alemania el jefe? Una pluma fuente igualita a la de Gómez, lo que hay que aguantar. Pero esto no se queda así, no se queda así, me las va a pagar. Y ya se aproxima mi cumpleaños, este año a ver si me hacen una fiesta en grande los de la oficina, diez años trabajando con esta bola de haraganes ya es justo que Diosito me premie tanto sacrificio.

III
En cuanto vea a Luisito le voy a decir hasta de lo que se va a morir, ¿Qué se cree el muy infeliz? Que le voy a pasar que falte a la casa cada vez que quiera, me va a oír, le voy a dejar en la entrada todas sus garras, para que vaya pensando bien lo que hace, que vea que conmigo no se juega, ya estuvo bueno, esta bien que uno sea buena onda, pero que ni se le ocurra abusar, esta es la última vez que me hace esto el muy cabrón. Ahora si me va a oír, lo voy a amenazar con echarlo de la casa, y si eso no basta, pues con no dejarlo ver a los niños. Ya veremos si vuelve a querer verme la cara con un buen susto que le de. Tener una amante es una cosa, y faltarnos al respeto es otra, o acaso yo falto a la casa después de mis encuentros con Bianca, si se puede hacer de todo si uno organiza su agenda, y mi Bianca bien merece esos esfuerzos, Ahhh, Bianca. No, si bien lo digo yo, una cosa es tener una amante y otra no respetar la santa paz de nuestro hogar.

IV
Lo hicimos como nunca antes, fue el fin de semana más increíble que he pasado y ahora no la localizo por ningún lado. Lo peor, le llame al celular y me contesto un tipo, dice que es su novio y que si “¿gusta dejar recado?” Parece mentira, tanta falsedad en una sola mujer, yo juraba que de todas las que me ando usufructuando, era ella la única que nunca me jugaría chueco, me duele la cabeza y mi estomago es un nudo cada vez más apretado. En cuanto la encuentre voy a tratarla como se merece, voy a desbaratarle esa sonrisa de feria de un par de bofetadas. Es mi celular, ¿dónde lo deje?, debe ser ella, no puede ser ya se corto. Número desconocido, tuvo que ser ella, le deje mil recados en su casa, le voy a marcar. Me lleva no era ella. ¿Dónde?, ¿Con quién está?

10.9.10

You don’t need poltergeist for psyching.

Abres los ojos y encuentras que no eres nada, tratas de moverte calculando un objetivo y te parece observar la estela de tus movimientos. Y sin embargo sabes que no te estás moviendo, que es una ilusión. Estás ahí postrado inmóvil, con los ojos cerrados. Te invade un morbo fantástico cuando comprendes que te encuentras otra vez bajo su peso, bajo su influjo, pero la angustia supera toda expectativa. Normalmente no deseas levantarte de la estéril comodidad de tu lecho, pero bajo esta sombra opresora quisieras correr ahora como nunca lo habías hecho antes. Pero el cuerpo y el cerebro no conectan, son dos partes de un todo, pero separadas. Mueres por gritar y pedir ayuda, pero no pasa nada, de tu boca no sale sonido alguno, estas ahí atrapado bajo ese peso que no te permite moverte, con los ojos cerrados y sin embargo viendo todo alrededor como si estuvieran abiertos.

El viene acá algunas mañanas, toma posesión de tu cuerpo y tú lo recibes porque no tienes alternativa. Nunca sabrás porque lo hace, no parece haber un objetivo en ello, solo permanece ahí unos instantes que a ti se te hacen eternidad. Te preguntas ¿qué sentirá, si sentirá que es como estar vivo otra vez, aunque solo sea por un momento? El misterio no será develado, no mientras aun sigas con vida. También esperarías comprender porque te eligió a ti y no a otro, pero eso es un asunto aun más complicado.

Y una mañana irá más lejos, sentirás como el peso del bulto se sube a tu cama, acto seguido no podrás mover un músculo, pero no solo eso, sus manos con claridad se están cerrando sobre tu boca y nariz, en tu mente estás gritando, pero tu cuerpo no hace nada, es un bulto también, como él, y por ello, todo este asunto, pierde aun más el sentido. Logras emitir un quejido, gutural, pero audible, eso parece tomarlo por sorpresa, alguien afuera te escucha y viene a despertarte, dice que seguro tenías pesadillas. Tu estás temblando, tus brazos están gélidos y la piel de gallina expone el espanto por el que has pasado, pero no dirás nada. Piensas en esa sensación de estar cautivo dentro de tu propio cuerpo, en la angustiante sensación de impotencia por no poder apartar ese peso de ti; siempre has buscado solución a todos tus problemas tratando de no importunara a nadie, y ésta no será la excepción. En tu mente se amasijan ideas que van tomando forma, “Ya verá este infeliz cuando regrese”, amenazas tácitamente.

Recopilarás esos volúmenes de yoga, metafísica, meditación trascendental y otros temas parecidos. Como buen mexicano, no los leerás en su totalidad. Tus investigaciones solo se centrarán en lo que tienes en mente. Ejercicios que te inventas buscando el dominio del viaje astral, vas a ejecutar en tiempos libres. El esperado día no está marcado, será capricho suyo, como siempre, pero tú crees estar en la vanguardia, no duermes por imaginar tus planes, quieres comprobar que pasará lo que piensas, quieres probar tus teorías, tienes la certeza en ellas, tu plan parecería no tener fallas.

 Por fin el sueño vence tus ensueños, y dormido, te toma por sorpresa; pero tu que conoces sus andanzas, tomas cuenta del riesgo, en el momento que su peso te domina, realizas lo que sabes que no espera, sales de ti, y es cierto, lo has logrado. Te miras a ti mismo desde arriba sonriendo satisfecho, por fin sabrás que pasa con aquel infeliz después de tu treta. El abre tus ojos despierta, se incorpora, y entonces, hace lo que menos te habías imaginado. Sonríe, sonríe con tu boca, se incorpora y enciende las luces, se mira tu rostro al espejo y su risa es ahora más insultante para ti. Ahora su risa es una carcajada, una carcajada que tu has escuchado miles de veces, pero no de la misma forma. Tratas de volver a tu cuerpo, pero solo consigues atravesarlo como si de una finísima cortina se tratase. Y de golpe te das cuenta lo que pasa.

 Trataras de recuperar tu cuerpo, una, todas las veces que puedas, pero ya sabes lo que pasará, a partir de ahora, serás consciente de lo que esto se trata. Sabes que tendrás que esperar a que duerma, para que puedas volver a tomar posesión de tu cuerpo, sabes que en cuanto logre despertar, te habrá vencido, conoces a la perfección la rutina, sabes exactamente que sentirá él, cuando subas a tu cuerpo. Estás consciente de que se sentirá enjaulado entre tu cuerpo, que no podrá mover un dedo, que tu estarás ahí al asecho. Sabes muy bien, que ahora tú, eres el bulto.
 



27.8.10

Under my skin.

"Soy un huracán que tarde
 o temprano va a dejarte
 desorientado, despeinado
 y por supuesto desvestido."
En ocio quizás comienza
Nuestra historia, literal.
Cuando te solté una línea
Muy poco convencional.

Y una insinuación perversa
Con las letras fui a lanzar;
Respondida de inmediato
Por quien supo interpretar.

Y al leerte respondiendo,
Me dije, “yo pienso igual”
Y adentrados en materia,
Ya ni como reclamar.

Sobre el teclado formulo,
Cual un moderno juglar,
Frases en doble sentido,
Que pretenden despertar,
Un interés más genuino
Que tan solo una amistad.

Y mí mirada lasciva
Escudriñando el monitor
Y esos puntos suspensivos
Que me indican que mi golpe te llego.

Y recibo una respuesta
Que de lleno me relata tu estupor.
Y el temblor de tus rodillas
Manifiesto por escrito
Sé que lo he logrado yo.

Y hay un nudo en mi garganta
Presintiendo al otro lado un receptor,
Imaginándome ardiente,
Que al otro lado del cable,
Se emociona igual que yo.

Pues hace ya treinta líneas
Tus palabras de las mías
Se alimentan sin temor.
Y organizo en mi cerebro
Cada una de las frases
Que preparo en tu favor.
Esperando hagan efecto
Al llegar al monitor de tu lap-top.

Escribiendo a toda prisa
Toda clase de palabras sin pudor,
Que hacen que un desconocido
Al otro lado del cable
Sienta lo que siento yo.
Y al leer mis sucias líneas
Sienta un vuelco en su interior.
Y este puñado de ideas
De mi mente retorcida
Le provoque excitación.

Y a tropel sobre las piernas
Sube un torrente canino
De sangre mordiendo el polvo
A esas pulsiones precedido.
Suben hasta mis oídos
Sensaciones de alarido
Que enrojecen mis mejillas
Y enrarecen mis fluidos.

Y escriben cual raudas aves
Mis manos sobre el teclado
Un puñado de delirios
Que encadenen tu reacción.
Pues mi cuerpo aquí reclama
Por no sentirse ofendido
Igualdad de condiciones
Con quien esto provoco.

Y en mi entraña dolorido
Se despierta de mi ardor
Un espontáneo estallido
De espasmos en sucesión.

Y a maldecir por lo bajo
La pereza de la ciencia
Me dedico, alucinando
Con teletransportación.

Porque trato y no consigo
Despedirme sin temor
Me pregunto si realmente
Cuando cierre la sesión
Habrá quien me garantice
Que esto realmente ocurrió.

Y apenas llegan avisos
Que te encuentras conectado,
Me abalanzo en tormentosa
Lluvia de acoso sensual.
Y recibo una respuesta
Sin dudarlo complacida.
Tus miradas no me miran,
Pero miran mucho más.
Y a seguir con este juego
Que nos gusta y nos castiga,
Fascinados nos quisimos condenar.


Pepe, esta tormenta es para tí. Empapate.




12.8.10

Si no te hubieras ido ¿Sería tan feliz?

Hay una rama en este árbol
Donde descansa mi anhelo,
Y herido mi orgullo altanero,
Se aferra a colgar de sus hojas.
La fe que acompaña el ensueño
Cuando la causa es perdida,
Es más bien un sueño iluso,
Que no encuentra una salida.

A pesar de comprender
Lo imposible de mi afán,
Siempre me da por pensar,
Que al querer, me han de querer.

Hasta que al fin llega a mí
La compresión del vencido,
Al árbol trepo de nuevo,
Y en su rama me acomodo,
Para imaginarme amado,
A pesar de haber perdido.

Y ese orgullo perezoso,
Que dormitando termina,
Se conforma con los besos
De un alma caritativa
Que lo mime sin recelo.
Pues por amar dócilmente,
A una mujer tan distante,
Otra dio con encontrarme
Tan tierno en mis desventuras,
Que por yacer en mí lecho
Se conformo con saberse,
De mis dolores, consuelo.

Y aunque hace muy pocas horas
Por ti no daba mi vida,
Me has vuelto la fe perdida,
Y el ensueño ya no es poco.
Pues besar tus labios locos
No es besar los que yo ansiaba,
Pero, me has colmado el cuerpo
Con tus placeres terrenos.

Y aunque antes solía buscarme
Por musas, discretas damas;
Hoy te encuentro tan hermosa
Y tan dulce en tu desventura,
Que el dolor que ayer sentía
Se ha vuelto caricatura.
Y a honrar tu fiel sacrificio,
Dedico mis tardes solas.

Porque amarla con el alma,
No es amarte con mi cuerpo.
Y si antes solía embobarme
Al batir de sus miradas,
Hoy no duermo imaginando
Que a tu cuerpo tibio envuelvo,
En el calor de las llamas
Que se agitan si te veo.

Y oportunidad espero
Para volver nuevamente,
A prenderme de tus pechos,
Que se expanden al contacto
De las ansias de mis besos.

Y en la rama perezosa,
Del árbol de mis anhelos,
Pende ahora la dulzura
De los tuyos conquistados.
Y si bien yo no he logrado
Conseguir lo que quería
Tú has triunfado apabullante
Y me has devuelto a mí la vida.

Y no dejo de pensar
En lo que hubiera pasado,
Si yo te hubiera impedido
Realizar tus fantasías.

Si mi necio proceder
Te hubiera cerrado el paso,
Impidiendo así nacer
Estos besos tan profanos.

Y relegando el orgullo,
Las tiernas damas discretas,
Los suspiros veleidosos,
Y otras quinientas quimeras.
Me arrodillo en tu presencia,
Mujer que mueves la tierra.
Para declarar cansado,
Y por testigos mis ojeras,
Que despertar en tus brazos
Toda mi vida quisiera.