16.12.09

Elegía.

La sal del mar que quiso reclamarte,
Tengo en el paladar entrometida.
Intentando inundarme la mirada
En torrente de falsas esperanzas.

Hace falta decir que haces ya falta.
Que apenas hace un día que nos dejaste.
Y ya se caen las hojas de los árboles marchitas.

El final del otoño se une al tuyo.
Como el roble que has sido te recuerden.

Como quedo de triste el mobiliario,
Como te extrañaran tus instrumentos.
Hechos a tu rigor, a tus marchas forzadas.

Y el invierno apresurando su llegada,
Precedido por la gélida mañana.

En el llanto suspendido en mis pupilas,
Se contienen mucho más que pensamientos.
Y un puñado de adioses dolorosos,
De tus viudas y huérfanos amigos.

Aún sin resignación te despedimos,
Con nuestro corazón casi dormido.
Latiendo apenas en señal de duelo,
Guardándote un minuto de silencio.

9.12.09

To be free.


Big-Bang

Yo soy sexo
Soy la carne
Soy pecado
Soy la madre

Yo soy fin
Y soy principio
Soy tu fin
El precipicio

No debiste tocar
No, sin antes pagar
Deja de rogar
No vas a lograr

Porque soy perra
Soy peor que tu
Y que el resto
Soy más mal
Soy coraje
Y putrefacción

Soy el génesis
Soy útero
Soy la huella
Soy sombra
Estela

Soy cielo
Y luz
Agua
Reflejo

Soy tu dolor
Soy coraza
Anillo y dedo
Soy única
Infinito
Estrella
Soy piel
Arruga
Curvatura
Estepa

Soy lo que mas odias
Lo que más deseas
Soy tu desventura
Tu temblor de tierra

Yo no soy para ti
Ni para nadie
No existo, pero
Estoy en todas partes
Para seguirte
Para escaparme
Depende
De que quieras hacerme

Soy contradicción
Parábola
Mentira
Deja vu

No me busques
No me huyas
No me rompas
Ni destruyas

Soy una puta
Soy santa
Mártir
Demonio

Fui esculpida
Decantada
Creada
Concebida
Polinizada

Soy materia
No soy nada
Soy lo que buscas
Soy lo que odias

Soy amor
Deseo
Ternura
Odio


Soy parte de ti
Tú eres nadie
Yo soy nada
Somos aire









2.12.09

Es como volver a empezar.


Con el tiempo tantas bocas he besado
Y únicamente en la tuya he encontrado
El motivo que hasta hoy me había faltado
Para dar por terminado mi pasado

Quisiera saber más, y no se nada,
Sobre lo que ahora por tu mente pasa
¿Y como sabrás tu lo que yo pienso?
¿Debo hablar o callarme todo el tiempo?

Perdóname por irrumpir en tu vida.
Perdón por ser cobarde y quedarme siempre al margen.
Perdóname por llegar tarde.
Perdón por robarte un tiempo, que yo se que no es el mío.
Perdóname por querer ser parte de ti justo ahora.
Perdón por saltarme esta barrera.
Perdóname como nunca por ser yo.
Pero también perdón, por ser un poco tú.
Perdóname por iniciar este juego y no detenerme a tiempo.
Y es que sabes que no quiero detenerme más contigo.
Perdóname por no arrepentirme jamás de todo esto.

Perdóname sobre todo y en modo definitivo:

Porque ya no puedes pedirme que busque
Algo que se que no he tenido nunca
Lo supe en el momento en que pusiste
El espasmo de mi piel entre tu boca.
 
 

 

Remembranzas del pasado de lo que pudo haber sido y jamás se concreto. Con ésta canción y el recuerdo te digo adiós y te renombro pasado.Y como decía esa vieja canción "Thanks for the memory"

13.11.09

This night has opened my eyes.

Me habían dado todo. Era uno de los hombres más acaudalados de la región, la mujer que yo quisiera llevarme a la cama, caía como por hechizo entre mis sabanas. Y todo esto se lo debía al clan.

Pero yo tenía un número que presentar, debía cumplir mi misión hasta el final, no podía quedar mal con el clan, a menos que prefiriera perder la vida, aunque, perder la vida era lo de menos, comparado con la tortura intermedia que se acercaba cada vez que alguien desistía de continuar obediente a los lineamientos del clan.

Las deudas en el clan se cobraban puntualmente, y es por eso que yo tenía que llevar una doble vida. A pesar de que mis deseos de pasar todo mi tiempo con ella sobrepasaban mis capacidades, sabía que de abusar de su compañía la pondría en el mismísimo ojo vigilante del clan. Y de ningún modo estaba dispuesto a aceptar que ellos cobraran mis deudas con su vida.

Así que para ella, solo estaba cuando me era posible escapar del asedio de aquellos, y cada día en sus brazos valía los otros treinta sin verla.

Solo puedo pensar una y otra vez en el sol brillando sobre su cabello a contraluz. Recordando aquella tarde de la última vez que la vi. Yo, recostado sobre la cama, apenas abrí los ojos y el sol, eclipsado por la sombra de ella, esparcía suavemente unos furtivos rayos por el cuarto. Ella estaba de pie frente a mí, mostrando al exterior su espalda desnuda a través de la ventana. Una combinación de sombras danzaba sobre su rostro y solo sus ojos competían con la última luz del atardecer que la envolvía en su resplandor. Uno no podía sortear su destino una vez que se cruzaba la propia mirada con esos ojos, con la inmensidad azul de sus ojos, enmarcados casi siempre en la maraña de rojos rizos que le cubrían incluso parte de la espalda. Una hechizante combinación.

Recuerdo aun aquella noche última en nuestro lecho, la sensación de sus rizos deslizándose entre mis manos; como ríos de vino tinto derramados en las sabanas, postrados al fin sobre la cama enmarcando el pálido rostro. El olor a inciensos de la habitación, su embriagador perfume mezclado con los aromas de sus fluidos. La visión panorámica de su vientre mientras yo me bebía sus secreciones. El temblor de sus labios en el momento mismo de hacerme palpable en sus adentros, sus marinos ojos abriéndose inconmensurables en absoluta comunión con sus gemidos. Sus blancas manos aferradas a mis caderas, imponiendo el ritmo y la cadencia de mis movimientos. Su piel ardiendo desde dentro, consumiendo mis deseos. Su voz pidiendo clemencia, implorando unos segundos más de resistencia, apaciguando el ritmo feroz de mi cuerpo, prolongando a capricho nuestros placeres. La suavidad de su abrazo último, antes de cerrar los ojos y caer en un meritorio y profundo sueño. La maraña roja de rizos que deslice de su rostro para darle un último beso antes de irme.

El deseo a cada paso de regresar corriendo y quedarme a atestiguar el momento en que aquellas ojeras abrieran paso al hipnotizante azul de sus ojos. Así la recuerdo, así para siempre se grabó en mi memoria, su espalda cubierta tan solo por el rojo de sus rizos, una maliciosa sabana envolviendo sus caderas y alojada hábilmente en burdos pliegues en lo más alto del arco entre sus desnudas, suaves y largas piernas.

La última vez. La última, antes que la desgracia se apoderara de mi vida. Aun no sé como es que ella portaba la insignia del clan cuando hallaron su cadáver. No era la mía, no fue por mí que la encontraron. Ese ópalo en forma de calavera colgando de un lazo dorado, el inminente símbolo de pertenencia del clan. Cuatro días después de entregarles mi último sacrificio, ella apareció muerta. Su cuerpo mostraba señales de haber sido sometido a una tortura brutal, La encontraron desnuda en un callejón oscuro del pueblo, lo único que traía encima, además de recortes obscenos adheridos a la piel, era esa maldita piedra de ópalo en forma de calavera pendiendo de un lazo dorado. No puedo averiguar nada, sería delatarme ante ellos. Mi mente gira y gira, mi única manera de saber algo al respecto es hablando con él. Lo deje viviendo a tres casas de ella, le encargue sus cuidados, siempre me tuvo al tanto de ella. Siempre. Hasta que perdió la razón. Si él perdió la razón ante el hallazgo ¿Qué habría sido de mí al tener que presenciar esa escena desoladora de su cuerpo tirado ahí, inmóvil, sucio, roto? Es por eso únicamente que siento cierto alivio de no haber estado ahí para contemplar la ruina que de ella quedo.

He perdido todo. La única persona que he amado en mi vida no existe más, mi mejor amigo enloqueció y nada puedo hacer ya por él. El clan, que me lo dio todo, también se ha llevado todo, aun sin saberlo. Mi poder e influencias no me sirven ya de nada. Las riquezas que poseo no me satisfacen más. Esta noche el clan se reúne, al parecer una reunión extraordinaria, me lo recordaron por teléfono esta mañana. Coloco en mis manos la invitación que hace ya dos semanas reposa en mi escritorio. El lamentable estado nebuloso de mi cerebro no me había permitido pensar en nada, de pronto noto debajo del sobre de la invitación un sobre más, es del clan también, no recuerdo haberlo visto antes. Extraigo el contenido del mismo. Son fotografías de ella, está con otro hombre, esta es más clara, no puede ser, es él, mi mejor amigo. Son los dos. Se están besando. Se tocan. Se devoran uno a otro. Entran a casa de él. Mi cerebro se hunde y gira vertiginosamente, mi estomago es un abismo que arrastra el resto de mis vísceras en su interior. Las imágenes se suceden una, otra y otra vez ante mis ojos a pesar de que hacen ya varios minutos que las fotografías yacen en el piso revueltas, arrugadas algunas, otras rotas.

Mi asombro es mucho menor que mi decepción, ante mis ojos se derrumban los últimos motivos que tengo par a creer en algo. Y a pesar de todo esto debo asistir a la reunión. Me pongo de pie tambaleando, y entonces mis ojos enfocan la foto más reveladora de la serie, una que no había llamado demasiado mi atención. Tomada en el jardín frontal de casa de él. Ella esta de pie dándole la espalda mientras con una mano sujeta su cabello sobre la cabeza. En el momento exacto en que se toma la foto, él coloca alrededor de su cuello una joya. El reflejo de la luz de la lámpara de la entrada se posa sobre la joya dejándome perplejo. Es una piedra de ópalo atada a un lazo dorado, seguramente en forma de calavera.

3.11.09

¿Por qué no puedo ser del Jet-Set?



El 22 de Octubre del presente año me toco escribir en el blog colectivo HD-B, en el que estoy colaborando como invitada. ¿Por qué lo digo ahora? Bueno, porque el servidor del sitio estaba dando problemas y hasta apenas ahora parece haberse restablecido del todo.


Para llamar un poco a sus curiosidades el titulo de la entrada es “The rise and fall of Marianos Drag Queen Dreams”

Si desea usted pasar a leer mi colaboración en el ya mencionado Blog, dé clic acá. Si desea alimentar el ego de la autora de éstas letras, deje un comentario en la entrada o en éste blog, de cualquier modo se agradecen todos y cada uno de sus amables comentarios.