17.2.11

And you will never see the one you love again.

Fui yo quien invento estas alas,
Abusando de un conflicto interno,
Y también quien voló por usarlas
Creyéndome ser más en tu misterio.


Fueron mis besos cantando un delirio,
Y yo basando mi alegría en su tormento,
Y adjudicándome un afecto ajeno
En mi búsqueda absurda de cariño.


Mis ojos son los que lloraron tanto
Creyendo al llanto inmolación sublime,
Imaginando recompensa al mártir
Abandono del que objeto me volviste.


Y una gota derramando el vaso hiciste,
De un afán aventurero en un principio
Y toqué puertas que tan solo abriste
Para cerrar de golpe en mis narices.

Dejaste un surco en mi mente grabado,
Donde sembré la luz de tu recuerdo;
Que yo al regarlo con afán supino
Le arrebaté al anhelo su exorcismo.


Caerá la noche una vez más, quisiera,
No haber saltado esa frontera tuya;
Y no haber puesto el ojo del deseo
Sobre tu piel que a otra idolatraba.


Vendrá la angustia de la madrugada,
Con firme decisión ha de encontrarme,
Dejando a un lado la esperanza amarga
Y haciéndome al presente indoblegable.


Decido que te alejes de mi vida,
Y tú pidiendo un sitio aun me buscas.
No esperes amistad cuando has besado,
Esta boca que luego rechazaste.


Es posible que yo no sea orgullosa,
Pero mi cuerpo piensa por sí mismo,
Y no acostumbra arder sin ser preciso,
Dejar sediento sello en quien lo toca.



8.2.11

All your love is gone.

Abres los ojos y confusa te incorporas,
Buscas con las manos alrededor tuyo,
Porque la luz justo ahora está ausente,
Porque aun así, presientes algo cerca.
Insinuándose ya, el cuerpo del delito.

Pero mi cuerpo yace tumescente
Por la ausencia del tacto de tus manos.
Y te otorgo en el silencio mi permiso
De encenderme con tu fuego incandescente.

Porque mi metal a tu calor se altera,
Porque tú derrites todas mis barreras
Despertando a la persona egoísta que soy.
Y porque a tu lado, yo, el mortal más ruin,
A mis peores pecados rienda suelta doy.

Porque tú eres un todo, buena y mala;
Sin pedir equilibrios y sin extremismos.
Porque siempre me dejas avanzar más lejos,
Porque aun no me limitas ni detienes.

Y ahora mismo acostumbrando tu mirada
A la oscuridad que reina en este cuarto,
Tú sigues hurgando en esta sabana fría.
Pero a pocos milímetros te estoy esperando,
Con la superficie entera de mi cuerpo
Erizada a la espera del delirio de tu tacto.