27.1.09

Light my fire.

A ella le complació la forma en que cumplí con la última encomienda que me hizo. Dijo que me había ganado un premio muy gordo, y acto seguido procedió a desnudarme. Lo mejor de cuando una chica te desnuda es cuando lo hace con variados lengüetazos de por medio, repartidos en partes del cuerpo en las que ni siquiera sabías que podías tener esas sensaciones. Abrí la boca en plena desesperación por hacer lo propio con ella, pero en sus ojos había esa mirada desaprobatoria que me congelo las intenciones.

Así que la deje hacer lo propio disfrutando de las manos que se deslizaban lánguidamente entre mis piernas, provocando espasmos intermitentes cada vez que la humedad que arrastraba su lengua se volvía una escalofriantemente deliciosa razón para seguir a sus ordenes hasta Dios sabe cuando.

Las misiones que ella me encomendaba salían cada vez más de lo que mis intestinos podían tolerar, aun sentía en mis manos el último baño de sangre de la victima anterior, no es que fuera particularmente excéntrica en sus pedidos, pero de alguna manera, ella siempre se las arreglaba para pedir cosas que me sorprendían. Diez años matando gente debieron haberme preparado para todo lo que había por ver en el ambiente; pero cuando realice mi primer entrega a su mando comprendí que esto era mucho más que ajustes de cuentas o venganzas comunes. Y no es que a ella le gustara ver lo que hacía, y tampoco es que se excitara pensando en todas esas cabezas rodando, lo suyo era cosa de otro mundo.

Aun tiemblo al recordar la primera vez que recibí mi pago de sus manos, ella me dio un bono extra que no pude rechazar, que ni estando loco habría rechazado. Su cuerpo desnudo, era la única razón por la cual no me animaba a romper relaciones comerciales con ella, no le recibiría un centavo si no supiera que es lo que más le sobra, mataría por el puro placer de volver a respirar su aliento entrecortado, su olor animal.

Después de todo ya soy asesino, mi alma no valía nada antes de conocerla, así que no se como alguien puede interesarse en comprar algo que ya es suyo. Me ha dicho que es un demonio y yo le creo, me ha dicho que me devorarán las entrañas en el infierno una vez que ella decida prescindir de mis servicios. Tengo cuarenta y cinco años, los últimos cinco los he pasado entre fiambres y de ahí saltando directo a su fuego, a veces no se que me produce más adrenalina, matar o dejar que ella me proporcione estos placeres.

Por el momento solo quiero pensar en la manera en la que ella esta rasgándose las ropas, como una perra desesperada por ser poseída, ya quiero tener mis manos sobre su cuerpo, solo espero una señal de su mirada diabólica para ponerme en acción, ya tengo una fila de cosas formadas en mi mente que pienso hacerle. Una vez que ella entra en trance y me deja maniobrar, las cosas para mi se ponen mejor. No sé si el cielo ha existido nunca o si alguien sabe lo que sea, lo único seguro es que en este momento, le haría ascos a cualquier barata utopía de gloria, prefiero mil veces arder en este infierno.



3 comentarios:

The Lizard dijo...

rudo,exitante y sadico

Jo dijo...

:S gulp!"

Noemí Mejorada dijo...

De miedo Kiddo!!! y no se porque a mi me llama tanto la atención la personalidad psicópata...

Un gusto venir de nuevo señorita... le dejo un abrazo!