18.9.08

Tan lejos y tan cerca.

"Puedes ser el vampiro o la victima, dependiendo quien este alrededor", dice la voz de Bono a mis oídos.

Y yo, no solo quiero ser tu victima, me gusta serlo, pero también quiero chuparte la sangre y mil cosas más. Quiero abusar de ti, obligarte a hacer lo que yo deseo, no darte tregua. Te quiero ver desnudo pidiendo más, una vez que hayas caído en mi seducción.

Quiero que seas la victima, quiero que vengas a mi, que me supliques quedarme a tu lado, que no puedas estar más de un día sin mi, quiero que llores cada noche que no pasas conmigo, que no haya lugar donde te sientas más seguro que a mi lado.

Te deseo, te deseo mucho, te deseo mucho más, te deseo mucho más de lo que puedo soportar.

Quiero ser el vampiro, voy a ser el vampiro, pronto seré yo el vampiro.

Pero, por el momento, soy solo la victima, soy tu victima. Y una victima solo espera. Mi turno ya viene, solo hay que esperar, solamente esperar.




12.9.08

En un bosque de la china.

Ahí les van mis monos:




Por si no entienden el arabe:

-Y ahora ustedes, ¿Qué onda?
-Pues no ves que el Dr. (el Dr. es nuestro mero jefe) dijo que vinieramos de chinas.
-!Si, de chinas poblanas mensas!


Felices fiestas, no tomen mucho, no vayan a acabar como el caballo del corrido: con el hocico sangrando.

8.9.08

Estrategia.

En la oficina hablando de cualquier cosa:

...

Pollita: Y que se organizara un intercambio de parejas, ¿no?

Kiddo: ¡Cálmate swinger!

Pollita: ¿Te imaginas Puerquis?, ¿tú podrías hacer algo así?

Kiddo: No lo creo.

Pollita: Ha de ser bien feo ver como tu wey lo hace con otra y ¿que tal si lo disfruta más que contigo?

Kiddo: No, pues, yo si le ponía unos madrazos a la vieja. ¿Qué paso? Si estos huevitos nada más yo los revuelvo.

Pollita: Pero lo bueno podría ser cuando te toque a ti hacerlo con el otro.

Kiddo: Uta, si, imagínate, tu ahí, hasta aullando, ¿no?

Pollita: Si, para que vea lo que se siente, hasta le haría más a la payasada.

Kiddo: ¡A huevo!

Lo bueno de ser fiel, es que probablemente no te pase lo que a Sharon:

4.9.08

Del amor y la estupidez en 10 sencillas rolas.

Parte II

“Después de amarnos, nos odiamos”

Nos vamos juntos. Otra vez vuelvo a la prepa, otra vez con él ochentakilero panzón de mis desvelos, envueltos ambos en una historia de amor y odio interminable (esta palabra significa que a ninguno de los dos le importa detenerlo, no que no acabara jamás, ¿de acuerdo?). La pasión hizo lo suyo para iniciar el ir y venir de esta relación tan loca y absurda. Las poses que se suelen manejar en la etapa adolescente, época en la cual uno se interesa más que nunca en hacer imagen pública (como si fueras a volver a ver por lo menos a la mitad de los compañeros de aquel tiempo) echaron abajo durante mucho tiempo la posibilidad de ser sinceros y reconocer que nos estábamos clavando en serio. La verdad es que la historia termina como siempre el más duro de pelar cae al fin postrado ante el aferrado; pero, si lo sabre yo, un aferrado de corazón solo se interesa en la persona que le da sentido a su actitud de reto (ya saben, esa de:”yo veo como le hago, pero éste cae, porque cae”) en cuanto logran el objetivo desaparece la razón de la obsesión, y entonces deja un corazón roto, el primero de la lista.

“Pon carita de pena, que ya sabes que haré todo lo que tu quieras”

Rojitas las orejas. Alguien con quien besas, acaricias, lames, chupas y nalgueas como nunca lo habías hecho, y no porque no sepas hacerlo, sino porque hasta que te lo topas no sabías que alguien podía inspirarte tus mayores esfuerzos en las artes sexuales. Harás lo que sea por esa persona, es lo que algunos suelen llamar estar enculado, no hay lugar donde desees estar más, que en cualquiera donde puedas manosearlo a gusto, besarlo en lugares de su cuerpo que el jamás podrá ver, a menos, claro, que sea contorsionista. Cuando estas cosas pasan, a uno se le olvida, pierde toda noción de lo que la palabra decencia significa, el tiempo a su lado es oro y poco será el esfuerzo que se deba hacer con tal de tener sexo con él, donde sea, y he dicho “donde sea”.

“Y todo pudo haber sido perfecto, nuestro amor pudo ser eterno”

Hoy aquí mañana vete. No hay nada más estupido, a veces, que decirle a alguien una innecesaria verdad. Para terminar una relación lo único que hace falta es decir hasta aquí, no es necesario regodearte en el dolor ajeno diciendo que los últimos días has estado viendo a otras personas y que no sabes lo que realmente sientes, pero que si realmente sintieras algo, no habrías salido con otras. Y encima querer dejar abierta una puerta, por si lo demás no sale bien, ya me parece el colmo del cinismo. ¡Lo que hay que aguantar!

“Me enterraste con tus uñas, en la tierra inferior”

Energía. Cuando alguien vence tu voluntad, te dejas ir, y no ves consecuencias, te asomas solo ocasionalmente a ver los estragos que el nuevo capitán de abordo va ocasionándole a tus naves. Ya no puedes caer más bajo, ya no hay a donde huir, ya no hay energía para buscar salidas, estas en el hoyo y persistes en cavar más hondo. En algún momento tu orgullo se impone, talvez el rencor, el deseo de decirle a alguien ¿Te acuerdas todo lo que me hiciste?, pues me viene guango. Y aquí estoy, me escape, ya no seré tuya nunca más.

“Que me sigo mordiendo noche y día las uñas del rencor”

Todavía una canción de amor. Hay alguien allá afuera, lejos de mis dominios, alguien que estuvo, esa persona que siempre esta, la que va y viene, la que llega y es siempre recibida, la que se va y deja cada vez la certeza de su vuelta. A esa persona que no le digo nunca nada, a la que beso sin esperanzas a futuro, la que un día por su gusto se fue y me dejo por otra, pero vuelve con el tiempo y no me deja del todo, esa a la que aun no se a ciencia cierta lo que me inspira, pero no es para nada indiferencia, seguramente por eso es que le seguiré debiendo una canción de amor, aunque siga mordiéndome noche y día las uñas del rencor, porque cuando pudo hacerlo, no me eligió a mi.

Podría seguir contando acerca de lo mal que me ha ido en el amor, pero, este post ya estuvo demasiado largo y la verdad, también hubo momentos que ameritaron aguantar todas esas cosas que ahora se supone no volveré a hacer por nadie más (casi me lo creo), y ya habrá otra ocasión para hablar de los momentos memorables.